Mediante una columna de opinión, el concejal del Frente de Todos, Maxi Berestein, cuestionó que "ha desaparecido la presencia del intendente" ante una ciudad donde hay "un 30% de personas con Covid positivo".
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Desorden
Los datos emitidos por las autoridades sanitarias deben ser una herramienta para analizar por toda la comunidad de Junín.
De la información se desprende claramente que nuestra ciudad está atravesando una etapa de multiplicación de casos que preocupa a todo el sistema de salud. Durante esta semana algunas de las autoridades de las instituciones sanitarias se han manifestado en este sentido, alertando sobre el límite del sistema de salud juninense.
En Junín existe un 30% de personas con Covid positivo, que presentan un contagio de tipo comunitario, lo que significa que no pueden determinar ni en qué momento, ni a través de quien, se generó el contagio, y esto es grave en términos epidemiológicos.
En medio de todo este escenario, ha desaparecido la presencia del intendente. No hay liderazgo, no hay conducción, no hay certezas, prima el desorden y el sálvese quien pueda. Ni siquiera, lo vimos al intendente en la última conferencia de prensa.
Esta ausencia de liderazgo, promueve el caos y la fragmentación social, entre los que temerosos y angustiados, exigen volver a fase 1 y aquellos que pese a reconocer el escenario, necesitan sostener la apertura económica para cuidar sus ingresos. A través de esta ausencia, se especula políticamente mientras la tensión se dirime en las redes sociales.
Mientras tanto la mesa de salud que comenzó siendo un espacio amplio de consenso en la toma de decisiones, hoy es un puñado de amigos, que va a contramano de las sugerencias sanitarias. Obviamente ya ni siquiera somos convocados a estas mesas, por decisión del Intendente.
Lo cierto es, que las comunidades necesitan que sus líderes tomen la responsabilidad de conducir los procesos de crisis y tomen resoluciones para proteger al conjunto. Aquí, aún estamos esperando uno vaya a saber qué.
Si la decisión es sostener la apertura en pos de beneficiar a los sectores económicos, entonces deberíamos cuidar y proteger a los que cumplen los protocolos de distanciamiento social, controlando, denunciando y haciendo efectivas las normas. Además, no seguir promoviendo el salir a disfrutar de los espacios públicos y dejar de dar mensajes contradictorios desde el estado, que relajan a los vecinos que distribuyen el virus.
Por otra parte, si la decisión es profundizar el aislamiento por un lapso de tiempo (Como lo sugieren los especialistas. Así lo ha hecho Chacabuco con mucho éxito, como indica el gráfico) con el objetivo de contener la propagación de la enfermedad, e identificar los contactos, entonces se debería hacer lo antes posible, para que sea operativamente posible y la economía pueda reabrir cuanto antes y así disminuir el impacto.
En cualquiera de las opciones, lo que no se puede hacer, es seguir perdiendo tiempo. Todas las decisiones van a tener detractores, pero no podemos permitir que se siga gobernando la ciudad en pausa, mirando las encuestas de opinión, porque ese error nos ha traído a las dificultades que estamos atravesando en Junín.
En este contexto de crisis, el desorden y la ausencia de liderazgo es el peor de los escenarios.