Ningún pibe nace Bullrich
En este caso, con mucha mayor trascendencia mediática por ser el precandidato oficialista en la provincia con mayor cantidad de electores. Como en su momento planteamos, la separación del contexto propia de la institucionalización no sólo no resuelve la problemática sino que la agrava, ya que quiebra los vínculos de los niños, niñas y adolescentes con la escuela y la familia. Las investigaciones realizadas en distintos lugares del mundo destacan que la gran mayoría de las personas que cometen delitos en la juventud no lo harán en su vida adulta, pero ingresarlos en el circuito penal es una manera de fijarlos en el mundo del delito.
“El camino que hemos emprendido, todos los días, tiene un metro más de asfalto, una sala más, UN PIBE MÁS QUE ESTÁ PRESO…”, expresó Esteban Bullrich; pero ello no es una frase más, ni un fallido como intentan mostrar los grandes medios de comunicación, quitándole la carga simbólica que esto conlleva. Sino que es parte del pensamiento y del plan de “seguridad” de Cambiemos, que tiene como fin o punto de llegada bajar la edad de punibilidad.
Para no caer en slogans que luego se encargan de tildar de vacíos por carecer de sustentos estadísticos, para desestimar posiciones contrarias a su ideología punitivista cuando hablan de delincuentes, refieréndose a “niños, niñas y adolescentes”, quiero decirle al ex ministro de Educación de la Nación que no existen estadísticas que demuestren que la política punitiva resuelva el tema.
De acuerdo con el Sistema Nacional de Estadística sobre Ejecución de la Pena 2013-2014-2015, podemos observar que entre los años 2013-2014 aumentó la población carcelaria en nuestro país (64.109 a 68.407), pero los delitos de robo y/o tentativa de robo se mantuvieron estables (34%), aumentó el porcentaje de detenidos desocupados (39 a 44 por ciento) y de detenidos con primario incompleto (30 a 31 por ciento).
El número de personas detenidas con primario completo se mantuvo estable (39 por ciento), al igual de las que tienen terciario/universitario completo (2 por ciento). Bajó el número de personas menores de 18 años detenidos (26 a 20 personas detenidas), al igual que el porcentaje de personas trabajadoras de tiempo completo (18 a 13 por ciento).
En estos porcentajes, Sr. Bullrich, se ve claramente cómo la degradación socioeconómica y educativa son una variable de peso en el aumento de la población carcelaria y, si fuera poco argumento, el número de personas menores de 18 años disminuyó de un año a otro.
Al realizar la comparación con el 2015, encontré que no solo había aumentado el porcentaje de personas desocupadas (44 a 45 por ciento) sino que además habían eliminado las variables edad y nivel educativo. Sólo nombran que un 62 por ciento es menor de 35 años y el 72 solo tiene el primario completo.
Ante esto, le recomiendo precandidato, que no solo dejen de ocultar variables en las cifras oficiales, sino que además de dejar de fomentar la política punitivista que lejos está de generar una intervención integral en la problemática, dejen de cerrar programas de prevención territorial, dejen de despedir trabajadorxs y comiencen a fomentar políticas inclusivas educativas y laborales.
El Estado debe financiar y desarrollar los servicios locales y las distintas instituciones encargadas de trabajar con las niñas y los niños que padecen situaciones de violencia y vulneración de derechos. Además, debe dejar de ser utilizado para generar falsas sensaciones de seguridad con una política que lo único que logrará son números estadísticos sin resolver la desigualdad social imperante y en ascenso en nuestro país.
*Simón Cluigt es licenciado en Trabajo Social e Integrante de InnoBA (Instituto de Investigación para una nueva Buenos Aires) regional La Plata.