Son días difíciles y de gran convulsión para la sociedad tucumana. Es que, el pasado miércoles 21, un grupo de personas mató a un hombre al que consideró como el asesino y abusador de Abigail Riquel, de 9 años, cuyo cadáver fue encontrado en un descampado ubicado frente a la casa donde vivía, en el barrio Villa Muñecas de San Miguel de Tucumán.

En este contexto, Mariana Romero, una renombrada periodista de Tucumán, habló con El Teclado Radio sobre esta controvertida y alarmante situación: “En principio, la policía le dijo a los papás de Abigail que tenían que esperar 24 horas para empezar la búsqueda. Pero fue la misma gente la que encontró el cadaver y, de la bronca, queman la casa del sospechoso, que queda frente al lugar donde apareció el cuerpo. Ahí recién aparecen el Estado y la policía, para reprimirlos con balas de goma".

Vale aclarar que Antonio Guaymás era el principal sospechoso de la violación y el femicidio de Abigail.  Guaymás era buscado desde el pasado domingo 18 de octubre por los investigadores del caso. Conocido como "Culón", había sido liberado tres días antes del asesinato de la nena, tras cumplir una condena por robo. Las autoridades trataron de mantener la identidad del sospechoso en reserva, pero todo el barrio conocía al hombre y muchos habían sido testigos del momento en que pasó junto a Abigail de la mano.

El sospechoso murió debido a los golpes que recibió en la cabeza, costillas y varios órganos vitales, de acuerdo con los resultados de la autopsia.

“Se celebró el funeral de Abigail en medio de la pobreza y marginalidad más absoluta. Después del entierro, Tucumán comenzó en una cacería. Se organizaron en cuadrillas para buscar al sospechoso en todos los barrios: cuadrillas de 80 o 100 personas que se organizaban por las redes sociales o WhatsApp. Se salía a cazarlo para matarlo”, explicó Romero.

En tanto consideró que lo ocurrió “es un linchamiento; un crimen”, pero reflexionó que el episodio no se puede analizar “solo desde el código penal”. “Hay que buscar las raíces en cómo se vive en una provincia que tiene crímenes de 15 años sin llegar a juicio”, dijo la periodista. 

“Viven a la orilla de un canal, donde el Estado nunca estuvo. Pero de repente la gente de la ciudad los mira y les pide que adopten las reglas, cuando siempre han vivido al margen del Estado. Les pedimos cordura, sensatez, pero el Estado nunca estuvo ahí. Ese es el caldo de cultivo donde se gestó el linchamiento”, analizó.

Y consideró que en Tucumán hay un poder judicial lento e ineficiente, que podría considerarse “casi mafioso”. “Hay chicas desaparecidas por más de 14 años y todavía no aparece el asesino. Se vive en contexto de femicidios y ataques a las mujeres, es moneda corriente en Tucumán”, comentó.

El informe preliminar de la autopsia confirmó que Abigail fue abusada y asfixiada manualmente, además de tener un golpe fuerte en la cabeza que podría ser la causa de su muerte.

— ๓คгเคภค г๏๓єг๏ (@MarianaR31) October 21, 2020

Romero aseguró que, tal como ocurre en distintos puntos de Argentina, muchos de los femicidios que se registran en Tucumán son la consecuencia de denuncias archivadas a las que nunca se les dio importante. “Tuvimos juicios escandalosos. Fallos que no puedo creer. Empezando por el de Marita Verón donde, en principio, resultaron todos absueltos”, recordó, sobre uno de los casos más emblemáticos a nivel nacional.

En tanto, habló de la gran indidencia que tiene la iglesia católica en las decisiones políticas y judiciales de la provincia. Aseguró que la institución regliosa no solo impidió el tratamiento de la Ley de Cupo Laboral trans, sino que se opuso a la Ley Micaela. “La iglesia tiene una injerencia muy grande y muy abierta en nuestro poder legislativo”, explicó.

Y concluyó con una reflexión sobre los acontecimientos ocurridos en los últimos días: “No deberíamos estar en paz, deberíamos estar preocupados. Después de lo que pasó con de asesino de Abigail, hubo un linchamiento un ladrón que terminó hospitalizado, a un carnicero. Da miedo que esto se multiplique”.

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