PARTO RESPETADO

Histórico: Llega a la ONU el primer pedido reparación por un caso de violencia obstétrica en Argentina

Miercoles, 25 de Noviembre del 2020 - 07:00 hs.

La Asociación Civil Las Casildas en conjunto con el equipo de litigio en Derechos Humanos Justicia y Reparación, presentó este martes un pedido de reparación por un caso de violencia obstétrica ante el Comité para la Eliminación de la Discriminación contra la Mujer de la Organización de Naciones Unidas -ONU-. 

En diálogo con El Teclado, la directora de la Asociación Civil Las Casildas, Julieta Saulo, calificó el hecho de "un avance descomunal" para las mujeres en materia de derechos sexuales y reproductivos, porque la violencia obstétrica es una modalidad de agresión que está "invisibilizada y introyectada".
 

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Esta es la primera vez que un caso de violencia obstétrica de Argentina llega a ese organismo. La petición -técnicamente denominada comunicación- se solicita a causa de la imposibilidad de acceder a justicia por parte de una mujer víctima de violencia obstétrica, quien agotó todas las instancias existentes en el país y aún después de casi tres años de vivido el hecho no  hay ninguna resolución ni reparación por la vulneración que vivió y por las graves secuelas devenidas a partir de estos hechos. Esto constituye una denegación de justicia y una inobservancia de las obligaciones del Estado Nacional.

Desde la asociación civil enmarcan la violencia obstétrica dentro de dos leyes fundamentales, que son la 26.485 -que es la ley de Protección Integral hacia las Mujeres- y la 25.929 -que es la que se conoce como la ley de Parto Respetado-.

Sin embargo, y pese a que la normativa se convirtió en una guía de buenas prácticas que estipula los derechos que tenemos las mujeres en el momento del preparto, parto y postparto, no determina sanciones para las personas que incumplen esa ley. "Es una ley mundial pero sin sanciones claras, con lo cual imaginamos que va a seguir sucediendo", sostuvo Saulo.
 

En nuestro país, las denuncias que se realizan no finalizan en justicia para las víctimas, ya que el marco normativo no  prevé penas para quienes cometan este tipo de vulneraciones. Lamentablemente el único fin que tienen es visibilizar estos hechos que suceden de manera sistemática.


Con Las Casildas, y desde el Observatorio de Violencia Obstétrica de Argentina, consideran que "esta violencia no es aislada ni subjetiva, sino sistemática y estructural. Es hora de parar este flajelo que padecemos las mujeres que vamos a parir. En nuestro país, las mujeres estamos obligadas a parir porque no hay un aborto legal, seguro y gratuito, entonces necesitamos que las instituciones, los y las profesionales de la salud y el Estado, estén a la altura de las circunstancias". 

En nuestro país, las denuncias que se realizan no finalizan en justicia para las víctimas, ya que el marco normativo no  prevé penas para quienes cometan este tipo de vulneraciones, lamentablemente el único fin que hasta ahora tienen es visibilizar estos hechos que suceden de manera sistemática y que recaen sobre la variable de ajuste de la sociedad patriarcal, que no es más que el cuerpo de las mujeres y el de las niñas y los niños en el momento de su nacimiento.
 


La violencia obstétrica es una modalidad de violencia hacia las mujeres que está absolutamente invisibilizada y naturalizada,  sumado a la inexistente capacitación a las y los profesionales obstétricos en materia de género y derechos lo que provoca que la deuda con la integridad, dignidad y bienestar de las mujeres y sus hijas e hijos se torne descomunal. Llegó el momento de subsanar esta situación de manera urgente.

[LA LEY DE PARTO HUMANIZADO]

Tras la aprobación de la ley 25.929 -aprobada en 2004 pero reglamentada en 2015- toda mujer, en relación con el embarazo, el trabajo de parto, el parto y el postparto, tiene los siguientes derechos:

A ser informada sobre las distintas intervenciones médicas que pudieren tener lugar durante esos procesos de manera que pueda optar libremente cuando existieren diferentes alternativas. A ser tratada con respeto, y de modo individual y personalizado que le garantice la intimidad durante todo el proceso asistencial y tenga en consideración sus pautas culturales. A ser considerada, en su situación respecto del proceso de nacimiento, como persona sana, de modo que se facilite su participación como protagonista de su propio parto. Al parto natural, respetuoso de los tiempos biológico y psicológico, evitando prácticas invasivas y suministro de medicación que no estén justificados por el estado de salud de la parturienta o de la persona por nacer. A ser informada sobre la evolución de su parto, el estado de su hijo o hija y, en general, a que se le haga partícipe de las diferentes actuaciones de los profesionales. A no ser sometida a ningún examen o intervención cuyo propósito sea de investigación, salvo consentimiento manifestado por escrito bajo protocolo aprobado por el Comité de Bioética. A estar acompañada, por una persona de su confianza y elección durante el trabajo de parto, parto y postparto. h) A tener a su lado a su hijo o hija durante la permanencia en el establecimiento sanitario, siempre que el recién nacido no requiera de cuidados especiales. A ser informada, desde el embarazo, sobre los beneficios de la lactancia materna y recibir apoyo para amamantar. A recibir asesoramiento e información sobre los cuidados de sí misma y del niño o niña. A ser informada específicamente sobre los efectos adversos del tabaco, el alcohol y las drogas sobre el niño o niña y ella misma.

[El Teclado]