Liberar las patentes, la salida a la falta de vacunas
Por María Eugenia Suárez
En medio de las muertes por la pandemia el arribo de aviones con dosis de vacunas es un alivio. Sin embargo, todavía no son suficientes. Las limitaciones están atadas a un sistema que restringe el acceso a nuevas tecnologías médicas. Liberen las patentes es una campaña que reclama la suspensión de todos los derechos de propiedad intelectual farmacéutica relativos a Covid 19 mientras dure la pandemia. La directora ejecutiva de Fundación Grupo Efecto Positivo (GEP), Lorena De Giano, detalló ante El Teclado a qué obedece la falta de vacunas para enfrentar el coronavirus, por qué es tan difícil acceder y cuál es el objetivo de la campaña.
“Este sistema actual no está funcionando”, señala De Giano en diálogo con este portal y antes de describir el estado actual de la situación destaca por qué se llegó a esta situación. “El sistema de patentes es un acuerdo internacional, denominado Aspectos de los Derechos de Propiedad Intelectual Relacionados con el Comercio (ADPIC), que se firma en la Organización Mundial del Comercio (OMC) en 1994. Este acuerdo globaliza las normas de propiedad intelectual y obliga a que todos países miembros adopten leyes que reconozcan propiedad intelectual en todos los campos de la tecnología”, indica.
Este acuerdo implica 20 años de exclusividad en el caso de patentes farmacéuticas, 20 años de monopolio. Durante ese tiempo el único que puede fabricar, comercializar, usar o importar lo que está patentado es el titular de la patente.
Para países en desarrollo como Argentina este acuerdo significó, entre otras cuestiones, una restricción en la fabricación de medicamentos genérico. “Si el titular de la patente está en Estados Unidos acá no se puede fabricar, y ese impedimento es para el sector privado y para el sector público. Por más redes de laboratorios, por más productores que haya si no tenemos nosotros las patentes esto lo define una empresa extranjera. Con ese acuerdo cedimos soberanía sanitaria”, explica la mujer.
En plena guerra contra la pandemia, diez países se han quedado con el 80% de la producción de vacunas logradas hasta el momento y 130 países no han recibido ni siquiera una dosis.
[LIMITACIONES DEL SISTEMA ACTUAL]
“No puede ser que el Estado porque firmó ese acuerdo internacional descansa en la primera etapa, que es desarrollar la tecnología, y se mantenga en un rol de comprador activo a cualquier precio. Terminamos dependiendo de empresas que muy descaradamente piden leyes como ya lo hizo Pfizer en nuestro país”, señala la mujer
En la actualidad, países como Argentina pueden desarrollar lo que se denomina ciencia básica, la primera etapa que se trabaja en laboratorios de universidades “Esas universidades terminan cediendo a empresas que traen fondos privados para hacer las pruebas de ensayos clínicos. Por eso Oxford/ AstraZeneca se llama así porque Oxford desarrolla la tecnología y AstraZeneca la prueba, lo mismo con Pfaizer y Moderna”, explica De Giano.
La directora de GEP indica, además, que ante urgencias como una pandemia los estados terminan girando a las universidades más fondos públicos que los habituales para apuntalar las investigaciones. “Lo que termina pasando es que esas empresas se terminan apropiando de ese conocimiento y no lo quieren transferir”, destaca.
En el medio han surgido algunas alternativas. De Giano indica que en la Organización Mundial de la Salud se ha puesto en debate la posibilidad de adoptar un tratado internacional para que los países aporten un porcentaje de su producto bruto para generar un fondo a nivel mundial que se ocupe de desarrollar tecnologías libres. “Esto es lo que necesitamos como modelo de innovación a nivel internacional, porque más allá de los esfuerzos nacionales como el de Cuba, como el de Argentina con el fortalecimiento de Conicet y otras iniciativas, no alcanza”, indica la mujer.
[LIBEREN LAS PATENTES]
Con este panorama y ante la muerte de más de dos millones de habitantes en el mundo nace la campaña liberen las patentes. “Fue una iniciativa de la sociedad civil, pero se logró que India y Sudáfrica se sumaran y presentaran formalmente el pedido”, indica De Giano.
EN CONTEXTO || En plena guerra contra la pandemia, diez países se han quedado con el 80% de la producción de vacunas logradas hasta el momento y 130 países no han recibido ni siquiera una dosis.
Estos dos países fueron ante el Consejo de los ADPIC que monitorea el cumplimiento de ese acuerdo en el marco de la OMC, y llevaron una solicitud de exención que suspenda, mientras dure la pandemia, la implementación, aplicación y cumplimiento de determinadas disposiciones del acuerdo de propiedad intelectual que interfieren con el ejercicio del derecho a la salud en relación a los medicamentos y tecnologías médicas para la Covid-19, incluyendo temas de patentes, derechos de autor, diseños industriales y protección de la información no divulgada.
“Esto traería una posibilidad de colaboración inmediata, automática de los distintos países y aprovechar toda la capacidad que hay a nivel mundial de producción”, agrega De Giano y explica que este “este monopolio de producción, este modelo de negocio que cotiza en la bolsa de Nueva York, tiene una exclusividad que impide el desarrollo de nuestra capacidad de producir”.
Para De Giano la forma de poder responder, de poder frenar la pandemia es “con una transferencia de tecnología”. “No es verdad que solo los países ricos pueden desarrollar tecnología y no es verdad que solamente ellos lo pueden productor. Hay pruebas que en cuatro meses se puede instalar una planta de producción de vacunas: con voluntad política, recursos y transferencia de tecnología”, indica.
[BENEFICIOS PARA TODA LA ECONOMIA]
De Giano considera que avanzar en este sentido ayudará a toda la economía. “Se sigue privilegiando al sector farmacéutico con capitales especulativos en detrimento de la salud y de toda la economía. Parece que a la OMC sólo le interesa este sector. La aviación está quebrando, el turismo está quebrando, las empresas están cerrando, cada vez hay más pobres, más concentración”, detalla y añade: “Hoy, el sector farmacéutico es el que más poder tiene y son los gobiernos los que tienen la posibilidad de revertir esta situación”.
EN CONTEXTO || Los países que están a favor de la suspensión del acuerdo son los que recién van a recibir vacunas en 2024. Los que se oponen son los que están vacunando y tienen el mayor porcentaje de dosis.
“Acá deberían estar demandando todos los sectores de la economía porque todo está colapsando. Todos los lobbies de los diferentes sectores de la economía tienen que meterse también en esto. La vacuna es el camino para que no sigan quebrando las empresas. Si no te importan las vidas pensá en eso otro. Es un tema político y nos atraviesa todos. Cuando uno va a la obra social y no quiere cubrir un tratamiento para el cáncer, detrás de eso seguramente hay patente. Trabajemos eso desde el fondo”, destaca la mujer
Sobre el final, De Giano indica que el respaldo a la campaña podría posibilitar su avance, pero falta la decisión política de hacerlo. “Los números nos dan para tener las 2/3 partes de los votos para lograr esta suspensión, pero la Unión Europea, Estados Unidos están bloqueando la decisión porque se instaló la costumbre del consenso” y a manera de mapa pandémico concluye: “Los países que están a favor de la suspensión son los que recién van a recibir vacunas en 2024. Los que se oponen son los que están vacunando y tienen el mayor porcentaje de dosis”, completa. [El Teclado]