Primero dijo que no era “prioridad” en su gobierno, pero luego de cientos de manifestaciones en todo el territorio bonaerense, la gobernadora María Eugenia Vidal anunció la gratuidad “parcial” del boleto estudiantil con algunos palos a Daniel Scioli: “El financiamiento sale del ahorro de pauta publicitaria, sobreprecios en IOMA y sobrecargos en la administración pública, fondos que estaban mal gastados por el Gobierno anterior”, disparó desde la gobernación en julio de 2016.
Ya en abril de este año, mientras medían a Esteban Bullrich para proponerlo en las elecciones, ambos presentaron una ampliación con alcance a algunas universidades de la provincia.
Y ahora, a días de cumplirse un nuevo aniversario por La Noche de los Lápices, desde la Provincia lanzaron un video de gestión en arrojan al pasar el recordatorio: “Hicimos que a la palabra ‘boleto’ se le sume ‘estudiantil’ para acompañar a todos los chicos y que a ninguno le cueste ir a aprender”.
Es cierto que la Cambiemos lo implementó. También es verdad que el ex gobernador lo promulgó pero nunca lo publicó en el Boletín Oficial, y que lo tomó como una de sus propuestas de campaña la gratuidad para todo el país cuando buscaba alcanzar la presidencia allá por 2015.
Pero, esto no debería ser sobre Cambiemos o el kichnerismo, sino sobre el recuerdo de aquellos pibes que en septiembre de 1976 fueron secuestrados, torturados y desaparecidos cuando luchaban por un boleto estudiantil gratuito ligado a los derechos colectivos, y no las promesas partidarias. [El Teclado]