Por María Eugenia Suárez
Iván Malo tiene 18 años y vive Facatativá, distrito ubicado a unos 36 kilómetros de Bogotá, Colombia, y uno de los municipios donde el Paro Nacional en rechazo al paquete de medidas impulsadas por la administración del presidente Iván Duque Márquez se siente con firmeza. “Hay una represión muy fuerte a un pueblo que reclama de forma pacífica”, señala el joven en conversación con El Teclado.
“Los medios que están con el gobierno nos describen como vándalos, pero no hacemos vandalismo, lo nuestro es una protesta que está siendo reprimida de una forma terrible”, describe a este portal Iván Malo, un joven que desde los 14 años milita en organizaciones por los Derechos Humanos y que actualmente participa de Hijos e Hijas por la Memoria y contra la Impunidad.
¡Mandato por la vida, por una buena vida! Compartimos este urgente llamado desde Hijos e Hijas por la memoria y contra la impunidad: "Nuestra lucha por la dignidad continua. Invitamos a quienes hoy marchan y protestan, a quienes se han tomado la calle para exigir lo suyo y lo nuestro, que se cuiden a sí mismos, que se cuiden entre sí, porque el Estado no lo hará y para este gobierno y los dueños de la muerte la pérdida de nuestras vidas no será más que una victoria, un nuevo falso positivo, una piedra que devuelven con bala en la tumba sombría del gobernar". Agradecemos mucho el aporte de todas las personas y colectivos que nos apoyaron para producir esta pieza que es un mandato colectivo: Yesid Fernando Hernández Kinorama Copyleft Ojo Morocho Toni Daleman Stalin Ballesteros Santiago Rubio
Publicado por Hijos e Hijas por la Memoria y contra la Impunidad en Viernes, 7 de mayo de 2021
Iván junto a otros cientos de colombianos participa desde hace doce días de las protestas que se desarrollan en distintos municipios del país en el marco de lo que han denominado el Paro Nacional, una medida de fuerza que comenzó en repudio a la reforma tributaria y que tras la marcha atrás del Gobierno continuó como una expresión de descontento ante el modelo económico, la reforma a la salud, la reforma a la Policía Nacional, los asesinatos de líderes sociales y de excombatientes y en reclamo de un acuerdo de paz.
El joven describe detalles, pasajes de lo sucedido en las últimas semanas, menciona los nombres de los manifestantes asesinados y con dolor explica que no sólo ha sido testigo de una batalla desigual, sino víctima. “El domingo 2 salimos a protestar de forma pacífica. Hay videos donde se nos ve alzando las manos y gritando, sin violencia. Vinieron y nos reprimieron. Había niños, señoras mayores, embarazadas. Nosotros marchábamos sin una defensa y nos reprimieron”, relata y señala que, en los días posteriores, ante la visibilización internacional de lo que estaba sucediendo y el rechazo de organismos de derechos humanos, el Escuadrón Móvil Antidisturbios (ESMAD) dejó de atacarlos. Sin embargo, denuncian la presencia de policias infiltrados en las protestas.
“Acá en Facatativá le dispararon a un chico en el ojo, a otro le dañaron el ojo con gas lacrimógeno, a mí me pegaron en una pierna”, cuenta a El Teclado. El ataque a estos jóvenes no es aislado. El portal periodístico Rutas del Conflicto, ha registrado, desde el pasado 28 de abril, al menos 35 víctimas mortales. La mayoría eran estudiantes y trabajadores de entre 17 y 26 años. Por su parte, la ONG Indepaz registró hasta el 4 de mayo 87 personas desaparecidas, 200 agresiones por la Policía, 1.220 heridos y nueve casos de violencia sexual hacia mujeres.
Recientemente, un informe conjunto difundido por la Defensoría del Pueblo de Colombia y la Fiscalía indica que 548 personas fueron denunciadas como desaparecidas y habla de 27 personas asesinadas durante las movilizaciones, ocho menos de las descriptas por el portal periodístico.
“Llevamos varios días de paro y si se necesitan más se pueden dar más. La potencia es la resistencia”, señala Iván y destaca que los días transitan con movilizaciones, protestas artísticas y vigilias con velas. “No somos vándalos”, reitera el joven sobre el final y explica que si bien las vías están cerradas se permite el paso de ambulancias y camiones de alimento para evitar desabastecimiento. “Nuestro objetivo es que se rompa el cerco mediático y todo el mundo sepa lo que está pasando. Hay una represión muy fuerte a un pueblo que reclama de forma pacífica”, completó. [El Teclado]