Luego de un fallo previsible, los camaristas Martín Irurzun, Eduardo Farah y Jorge Ballestero despejaron el camino para que el actual senador riojano pueda renovar fueros en octubre. Con el antecedente de que la boleta que llevó su nombre quedó en primer lugar como la fuerza más votada en las PASO, pese a que había sido bloqueado por la Cámara Electoral con formación original, era previsible esta situación, al cambiar los camaristas por orden de la Corte. La única chance de que la impugnación continuase sería si la Cámara de Casación Penal confirmase su condena por tráfico ilegal de armas a Ecuador y Croacia antes del 22-O, escenario improbable.
Dos argumentos sostuvieron los camaristas con "integración especial". El primero tuvo que ver con plazos vencidos para la presentación de la impugnación inicial. A poco que se observe el cronograma electoral 2017 y la fecha de presentación de la impugnación se advierte que los plazos se hallaban un mes vencidos desde la fecha de oficialización de la precandidatura cuestionada, evento que provoca una serie de efectos electorales que no pueden ser subsanados jurisdiccionalmente", señala el fallo.
El segundo, con la cuestión aún irresuelta de una confirmación de su condena a 7 años de prisión y a 14 de inhabilitación por contrabando de armas por otra sala de Casación que no fuera la que ratificó la pena, integrada por los jueces Ana Figueroa, Ángela Ledesma y Juan Carlos Gemignani.
De esta forma, Irurzun, Farah y Ballestero plantearon que lo único observable como "obstáculo a ser elegido es la condena firme" que acarrearía la inhabilitación. También se hizo referencia a una condena que está en un casillero anterior en el proceso, por "sobresueldos". Los camaristas penales con traje de electorales sostuvieron que por si quedaban dudas, la misma Corte había decidido remitir a Casación la condena por "Armas" para su revisión, lo que dejaba claro que no podía ser considerada "sentencia firme".
De esta manera, la única chance de que la situación volviera al punto de inicio sería que antes del 22 de octubre, Casación ratificara su condena, abriendo un escenario impensable y contra reloj. De otra forma, Menem se encamina a renovar sus fueros y eventualmente, si la pena queda firme, debería atravesar un proceso de desafuero en el propio Senado, algo que ha logrado esquivar hasta ahora. [El Teclado]