Por María Eugenia Suárez
La semana pasada el Ministerio de Salud convocó a especialistas y organizaciones para comenzar a delinear la reglamentación de un artículo de la ley conocida como Plan de los Mil Días, ítem que apunta a proteger y garantizar el acceso al diagnóstico y tratamiento de las personas gestantes con sospecha de trombofilia. En conversación con El Teclado, Analía Verbitsky, integrante del Colectivo por la Ley de Trombofilia, explicó cómo se está trabajando con el Estado en el avance de la norma y detalló el camino de dolor y lucha para alcanzar este derecho.
“Este es un paso enorme. Trabajamos muchísimo para que haya un marco legal que garantice el acceso a un diagnóstico y el tratamiento de la trombofilia”, dice del otro lado del teléfono, emocionada, Analía Verbitsky, una de las mujeres que en 2016 fundó el Colectivo por la Ley de Trombofilia luego que el expresidente Mauricio Macri vetara la normativa votada por una unanimidad.
La trombofilia, según publicaciones médicas, es una patología que se caracteriza por formar trombos (coágulos) en la circulación que obstruyen el adecuado flujo sanguíneo. Cuando esto ocurre a nivel de la placenta y se obstruyen la totalidad de los vasos, se produce un infarto placentario masivo y el embrión muere por falta de irrigación. Si esto ocurre al principio del embarazo, se tratará de un aborto espontáneo, pero puede producirse en cualquier momento de la gestación, provocando así la muerte fetal súbita.
La emoción de Analía está atada no sólo a muchos años de trabajo sino a la convocatoria del Ministerio de Salud de la Nación a participar de las reuniones en la que se trabaja en la reglamentación del Plan de los Mil Días, la iniciativa propuesta por el Ejecutivo nacional, que acompañó el proyecto de Interrupción Voluntaria del Embarazo, y que obliga al Estado a asistir a embarazadas en situación de vulnerabilidad durante la gestación y hasta los tres primeros años de vida del recién nacido. El artículo 23 garantiza el acceso a los estudios para la detección y tratamiento de la trombofilia.
[MÁS CERCA]
“La ley se aprobó y se promulgó. Eso para nosotras es muchísimo porque veníamos de cuatro años de macrismo con el tema en cero. El problema que trajo el veto fue que muchas obras sociales se envalentonaron y dejaron de cubrir tratamientos a mujeres con trombofilia o empezaron a poner más trabas para el acceso a la medicación”, repasa Verbitsky.
La decisión de Macri de coartar el derecho a la salud impulsó a las mujeres a organizarse y luchar. “Con el veto nos formamos como colectivo. No sólo acompañamos y contenemos a mujeres con trombofilia, sino que buscamos una ley en el marco de los derechos de las mujeres, peleamos por el derecho a decidir maternar”, agrega la mujer.
Compartimos la alegría de haber sido convocadas a la mesa de trabajo para la reglamentación del Artículo 23 de nuestra...
Publicado por Colectivo por la Ley de Trombofilia en Viernes, 14 de mayo de 2021
Verbitsky si bien reconoce que todavía “hay algunas resistencias por parte de sectores que siempre tendieron a bajarle el precio y a minimizar a la trombofilia, como un problema de una minoría”, destaca el respaldo y el rol del Estado.
[LOGROS]
Actualmente las mujeres, según la guía médica, deben perder al menos tres embarazos para que el médico pida estudiarla por sospecha de trombosis. “Esta guía se aplica de manera muy variable. En el interior del país hay mujeres que llegan a perder ocho embarazos. Muy terrible. Para nosotras esta guía es un espanto porque las que ponemos el cuerpo somos nosotras. El sustento físico y emocional de una estadística lo ponemos nosotras”, señala Analía y cuenta que muchos casos se han confundido con infertilidad: “Hay una compañera que se hizo once tratamientos de fertilidad antes de tener a su hijo. Lo logró cuando tuvo el diagnóstico de trombofilia”.
Por eso el Colectivo trabajó mucho para que la perdida de embarazos deje de ser la variable para que se las estudie. “Esa fue una batalla ganada. El articulado no habla de abortos recurrentes. Habla de antecedentes obstétricos y no obstétricos”, dice la mujer y cuenta que “la medica obstetra especializada en trombofilia, Hilda Ruda Vega, compartió una herramienta muy fundamental que consiste en un listado de antecedentes obstétricos y no obstétricos que pueden indicar a un profesional que la mujer tiene trombofilia”.
La norma indica la implementación de un cuestionario como medida preventiva. “Toda mujer que va a buscar un hijo o que está embarazada deberá responder a una batería de preguntas desarrolladas por el obstetra que pueden orientar sobre un posible diagnóstico. En el artículo 23 se menciona esto en vez de las perdidas recurrentes. Con esto, el profesional podría indicar el análisis”, señala Verbitsky.
“Nosotras no estamos pidiendo que se nos analice por deporte, porque han intentado demonizarnos por ese lado y no es lo que queremos. Sino que se estudie a las mujeres que ameriten ser estudiadas”, agrega.
El articulado incluye gran parte de los contenidos incluidos en la ley vetada por el macrismo, pero el Colectivo aún trabaja por la creación de un programa de formación y difusión de la trombofilia. “Notamos que son muy pocos los especialistas, hematólogos y ginecólogos, que están formados en el tema y que saben de las trombofilias”, señala la mujer y agrega: “En el interior del país, todo es más difícil. Hay chicas que tienen que viajar o tener consultas remotas con especialistas de Ciudad de Buenos Aires, para tener respuestas distintas, porque en el interior no hay tantos profesionales formados en el tema”.
[COVID Y ORGANIZACIÓN]
La pandemia es otro escollo para las a mujeres que necesitan acceder a la medicación, cuenta Verbitsky. “En este momento hay una fuerte demanda de la heparina por el Covid, porque a muchos pacientes se les indica estar anticuagulados. La heparina no es la única droga con la que se puede tratar la trombofilia en el embarazo, pero es una de las más populares. Es una droga que siempre fue cara y ahora es más cara”, explica.
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Publicado por Colectivo por la Ley de Trombofilia en Sábado, 2 de enero de 2021
A muchas mujeres, a la falta de recursos hay que sumarle la lenta respuesta de las obras sociales que atenta con el curso saludable de los embarazos. Por eso, el Colectivo puso en marcha un mecanismo solidario que consiste en recibir heparina de mujeres que tienen un excedente de medicación. “Hacemos que llegue a las mujeres que tienen dificultad para acceder a la medicación, obviamente con receta de por medio”, remarca.
“Queremos que las mujeres que quieran ser mamás, puedan serlo porque para muchas es un camino espinoso, de mucho sufrimiento”, señala sobre el final Analía y agrega: “Solamente nosotras, las que ponemos el cuerpo, el alma, lo sabemos. Para el afuera puede ser una estadística, un número, una minoría, una cosa anecdótica, pero para nosotras es terrible”. [EL TECLADO]