Por María Eugenia Suárez
El cuarto de Lucía Pérez se conserva como ella lo dejó el 8 de octubre de 2016 y hasta el 10 de septiembre se podrá visitar una muestra que lo replica. Una cama, la última ropa que sacó de los cajones, un skate, una frase en la pared, objetos que hablan de la joven se pueden ver en una instalación artística que busca humanizar el femicidio de Lucía. Marta Montero, su madre y la periodista Claudia Acuña crearon una muestra itinerante que no solo es un homenaje a la vida de la adolescente, sino que invita a la reflexión y al debate comunitario sobre la violencia de género.
El femicidio de Lucía Pérez continúa impone. Recientemente la Suprema Corte de Justicia bonaerense confirmó la realización de un nuevo juicio oral para los dos acusados de abusar sexualmente y asesinar a la adolescente marplatense, luego de que ambos fueron absueltos en un primer debate cuya sentencia posteriormente quedó revocada. Los miembros del máximo tribunal provincial rechazaron por "inadmisibles" los recursos extraordinarios federales presentados por las defensas de Matías Farías (27) y Juan Pablo Offidani (46) que pretendían llevar el caso a la Corte Suprema de Justicia de la Nación con la intención de evitar un nuevo debate oral.
Con esa decisión judicial de fondo, la semana pasada se
inauguró en el Complejo Histórico Cultural Manzana de las Luces El Cuarto de
Lucía. “Organizada por la Campaña Nacional Somos Lucía, Revista Mu, la
instalación de Marta Montero y Claudia Acuña propone exponer en el espacio
público, el ámbito más íntimo de la víctima de un femicidio que sigue impune
por el rol que jugó el Poder Judicial para que así sea”, detalla el sitio del Complejo
y agrega que “la exhibición es acompañada por una variedad de actividades
artísticas y talleres presenciales y virtuales con el objetivo de invitar a la
reflexión y al debate comunitario”.
“La idea surgió en una charla después de una larga jornada
de acompañar a Marta por los laberintos del Poder Judicial en Argentina”,
dice a El Teclado la periodista y escritora Claudia Acuña. “Le pregunté sobre
el cuarto de Lucía, que había quedado tal como ella lo había dejado, que es una
imagen que ya había visto en otras casas de familias donde habían perdido a sus
hijas por feminicidios. Es una ceremonia de detener el tiempo en el minuto
antes”.
Acuña dice que la explicación le “reveló que era necesario e interesante llevarlo al espacio público”. “No solo es conservar la vida, sino mantener la sensibilidad de lo que significaba ese crimen, es humanizarlo, que es lo que se va perdiendo a partir de convertirse en un caso, un expediente, tanto para el Poder Judicial como para el periodismo, los medios”.
La conversación moldeó una idea que se convirtió en una
muestra itinerante. En febrero se presentó en la explanada del Teatro
Auditorium de Mar del Plata, en abril en el Museo de Bellas Artes Emilio
Pettoruti de La Plata y hasta el 10 de septiembre se podrá visitar en el Complejo
Histórico Cultural Manzana de las Luces, donde está acompañada de un ciclo de
actividades contra la violencia.
“La muestra es muy modesta. Intenta
capturar la parte sensible de lo que implica la palabra femicidio y conectar
con algo nuevo que sea mejor”, dice Acuña sobre una instalación que además de artística
es un hecho político, un llamado de atención que propone visualizar la impunidad,
la dilación judicial, y que convoca al debate y a la reflexión sobre la violencia.
Con la instalación de la muestra en el
Complejo de Las Manzanas, la periodista destaca que le resultó interesante la
participación de los recursos públicos para la visibilizar la muestra: “Que
esos talentos y los recursos de la cultura publica se ponga a trabajar y a
elaborar dolores sociales es una buena salida”.
“Esta muestra es una escenificación muy modesta, pero es una escenificación de la política que falta".
Acuña, además, destaca el espacio de
reflexión que se genera alrededor de la muestra. “Cada vez que llegamos a una reunión
explicamos todo. El caso de Lucía, por qué para nosotros el arte es un lugar de
la prevención, decimos que cada femicidio nos da la posibilidad de prevenir el
próximo porque si se trata como corresponde, si se para un minuto el mundo, si
se pone a pensar qué significa, se puede hacer mucho”.
“Esto es una escenificación muy modesta,
pero es una escenificación de la política que falta. Paremos y pensemos que
esto no lo va a resolver alguien de arriba, pero tampoco lo va a resolver el
silencio”, agrega Acuña.
De la muestra, además de la instalación y
una parte audiovisual, también participa la familia y la Campaña Nacional Somos
Lucía. “Son tres dispositivos que actúan todo el tiempo para elaborar el
sentimiento que surge”, completa la periodista. [El Teclado]