A 15 años de la
segunda desaparición de Jorge Julio López, testigo clave en el juicio contra el
represor Miguel Etchecolatz, El Teclado Radio habló con Guadalupe Godoy, abogada querellante en los juicios de lesa humanidad.
La mujer contó que este año, en una acción conjunta de la Dirección
de políticas de Memoria de la UNLP y la Comisión Provincial por la Memoria
impulsaron “una suerte de visibilización del juicio” que tuvo lugar en 2006. “Hicimos
un trabajo en el que reunimos lo que eran en ese momento las gacetillas de ‘Justicia
Ya’, subimos los alegatos y entrevistas a 40 compañeros y compañeras”. Las
actividades cerraron con un conversatorio y, claro, el testimonio de Jorge
Julio López.
En este marco, Godoy recordó las sensaciones que imperaban en aquellos días: “Ese juicio fue muy colectivo, tuvo significaciones profundas”. Y agregó: “López desapareció en el inicio de los juicios de lesa humanidad, después de todos los años que habían tenido aquellos que fueron parte del genocidio. Su desaparición fue un quiebre en muchísimas cuestiones, pero también fue la certeza de por qué, en ese momento, a 30 años, había que hacer los juicios”.
Otro año sin López pic.twitter.com/b4sTjttJkk
— Guadalupe Godoy (@guadalgodoy) September 17, 2021
Cuando López desapareció, “todo fue muy difícil desde el
inicio”. Es que, según explicó la abogada, “ninguna fuerza de seguridad de
nuestro país está preparada para investigar delitos complejos. Además, políticamente
costaba asumir lo que estaba sucediendo. Fueron meses donde parecía inimaginable”.
“Había un contexto político en el que el gobierno de la Provincia
estaba intentando una reforma, una ofensiva contra la policía que fue parte del
genocidio y nunca se democratizó. El gobernador Felipe Solá nos reconoció que,
si bien el hecho estaba inspirado en sectores que querían impedir la
continuidad de los juicios, la intervención de los policías en actividad que se
negaban a esas reformas era insoslayable”, recordó.
CÓMO SIGUEN LOS JUICIOS
Godoy se refirió, además, a dos juzgamientos que se están realizando en la actualidad. El primero, dijo, se realiza de modo totalmente virtual: se trata del juicio por lo ocurrido en las brigadas de Banfield, Quilmes y Lanús. Tres grandes brigadas “por donde pasaron muchos compañeros y compañeras de La Plata y el conurbano”.
Además, a fines de agosto comenzó el “juicio
Garachico“, donde se esperan nuevas condenas al Comisario Inspector de la
policía bonaerense Julio Cesar Garachico. “Este juicio está basado
justamente en el testimonio de López y los policías que él había mencionado en
su declaración”, recordó la abogada.
Y consideró: “Los cuatro años del gobierno de Macri tuvieron
un discurso negacionista y eso repercutió mucho en los juicios de lesa
humanidad. Y hoy se siente un poco ese efecto todavía. Porque hubo un
desmantelamiento de todo lo que era la institucionalidad estatal que se había
puesto paulatinamente al servicio de los juicios”.
En esa línea, concluyó: “Las dificultades se notan, pero por otro lado los juicios tenemos que verlos como un espacio más de disputa de sentido de lo que significó la dictadura. En este momento, con el resurgir de las derechas y los discursos negacionistas, los juicios sirven para disputar sentido”.