Con las patas en el barrio del Conurbano. Así empezó la campaña para Cambiemos, luego de perder las elecciones en la provincia de Buenos Aires por 0,21 por ciento, aproximadamente 20 mil votos.

Tras el plenario de intendentes en San Isidro, donde la gobernadora María Eugenia Vidal bajó línea a sus jefes comunales para que convenzan a los ciudadanos de ir a votar, la campaña propiamente dicha arrancó para quedarse. 

Este lunes por la mañana, el presidente de la Nación Mauricio Macri y la ministra de Desarrollo Social Carolina Stanley acompañaron a la gobernadora bonaerense en una visita a la cooperativa textil "Osito Feliz", ubicada Berazategui. 

Allí conversaron con la titular del establecimiento, Lucila Godoy, y según se detalló en el comunicado oficial "se interiorizaron sobre el funcionamiento y las expectativas de la cooperativa", que produce mensualmente unas 400 prendas para niños, guardapolvos escolares y uniformes de trabajo y emplea a 14 personas en dos turnos.

La asociación refaccionó el espacio laboral y compró herramientas y material mediante préstamos otorgados por el programa Trabajo Autogestionado del Ministerio de Trabajo de la Nación. Según informaron desde Nación, este tipo de programas "apuntan a fortalecer las unidades productivas emprendidas por los propios trabajadores y a mejorar su competitividad y sustentabilidad".

Por el momento el intendente de esa localidad, Juan Patricio Mussi, no se dio por aludido. Sus críticas hacia el gobierno de la Provincia y la Nación han sido de las más lapidarias, pero en campaña todo lo vale y su territorio -peronista por excelencia- es ahora motivo de disputa.

Cambiemos busca llegar a los que no votaron en agosto -poco más del 23 por ciento del padrón- y acumular la mayor cantidad de votos en el Conurbano y la Primera, las dos secciones en las que perdió frente a la expresidenta Cristina Fernández de Kirchner. Ahora más que nunca toca embarrarse las patas. Todo con tal de llegar, aunque sea un punto, más arriba arriba en octubre. [El Teclado]