Por María Eugenia Suárez
El jueves pasado se estrenó en Argentina “La casa de los conejos”, filme basado en la novela autobiográfica homónima de Laura Alcoba dirigido por la realizadora Valeria Selinger. En conversación con El Teclado, la directora destaca que la obra “retoma hechos particulares, pero que se pueden generalizar a lo que vivió cada uno de esa generación de niños durante la dictadura”. Una historia que, si bien puede ubicarse en cualquier lugar, cala profundo en una parte de la población platense por su conexión con la búsqueda incansable de Clara Anahí por parte de su abuela Chicha Mariani.
Laura tiene siete años y a pesar de ser muy chica sabe que todo lo que ve, lo que vive y conoce no
puede nombrarlo. El terror de la dictadura acecha las calles y su vida corre
peligro. "La casa de los conejos", primera novela de Laura Alcoba, relata la
experiencia infantil de una niña en una casa operativa de Montoneros en los
años ’70 en la ciudad de La Plata. Su madre tiene pedido de captura y su padre
es un preso político. Cuando la única opción es enconderse, aparece una mudanza
a la casa de los conejos, un lugar donde en apariencia se venden conservas de
conejo, pero que en realidad se imprime Evita Montonera.
Aquella casa, en la actualidad, es un Monumento Histórico en Memoria del Terrorismo de Estado. La vivienda fue propiedad de Daniel Mariani y Diana Teruggi y funcionó como una casa operativa de la agrupación Montoneros hasta que el 24 de noviembre de 1976 se produjo allí uno de los operativos más cruentos en la ciudad. En el ataque militar se asesinó a Diana y otros militantes que en ese momento estaban en la casa, pero sobrevivió su hija, Clara Anahí, quien fue robada por integrantes de las fuerzas y hasta hoy no se tienen noticias ciertas de su destino.
El libro,
que primero fue editado en Francia y en 2008 en Argentina, fue llevado a la
pantalla grande por la directora Selinger luego de identificarse con parte de
la historia. “En 2009, 2010 el texto me llegó por mi madre, que es escritora y
recibe muchos libros y que conoce mi gusto por los temas trágicos como
generalmente”, cuenta la realizadora a este portal.
“Leí mucho sobre aquellos años de Argentina y la dictadura, leí mucho sobre el Holocausto, sobre las guerras. Los temas donde hay justicia humana, donde hay un halo de sufrimiento siempre me llegan mucho. Me gusta explorar el sufrimiento humano para intentar entenderlo”, agrega.
La directora
cuenta que tras leer la novela tuvo el deseo de transformarlo en película por
la conexión que había entre esa infancia que se cuenta en el libro y la propia.
“No son elementos exactamente idénticos, pero hay muchas conexiones, puentes,
puntos en común y también por la historia de fondo que se toca que, si bien, no
habla de la búsqueda de Clara Anahí, menciona la desaparición. Siempre las Abuelas
(de Plaza de Mayo) me generaron mucha emoción”, dice.
Selinger nació en Buenos Aires y también sufrió el peso del terrorismo de Estado. Su mamá se fue del país, el marido de su madre estuvo en el campo de detención clandestina conocido como el Pozo de Banfield y su papá, oriundo de La Plata, escondió amigos que corrían riesgo de ser secuestrados por las fuerzas militares como el pintor Juan Carlos Lasser. “Me acuerdo que con mi hermana éramos chiquitas e íbamos a visitarlo, a jugar con él. Mi papá pintaba y junto a compañeros de su grupo le compraron el pasaje a Celia Guevara para que se pudiera ir a México”, cuenta y agrega: “También recuerdo la quema de libros con mi madre, las reuniones en mi casa con las persianas bajas, con mucho humo, y cuando mi madre me prohibió tirar papelitos por el balcón por el mundial del fútbol. Me explicó que era como homenajear a los militares”.
“Todas esas
sensaciones que tenía de niña respecto a lo que hay que saber, a lo que no hay
que saber está condensado en ese libro, en una historia muy bien contada. Sentí
que ya no tenía pensar en cuál era mi historia personal, que no importaban los
detalles. Esta historia contada por Laura Alcoba retoma hechos particulares,
pero que se pueden generalizar a lo que vivió cada uno de esa generación de
niños durante la dictadura”, añade la mujer.
La realizadora,
además, señala que lo que le gustó del libro es que no hay referencias directas
al tema. “Siempre es mejor encontrar una situación particular y desarrollarla”,
indica y agrega: “Si quiero hablar sobre el robo de joyas durante el Holocausto
es mejor encontrar la historia de una familia donde le pasa algo y que se vaya
contando eso y no directamente. Eso me gustó del libro. Tenía una gran
sutileza. Pasaba de ser una historia muy argentina a ser una historia universal”.
La película está musicalizada por Daniel Teruggi, hermano de Diana, mamá de Clara Anahí. A diferencia de lo que se supone, el compositor no fue convocado para participar del film, él se ofreció. “Me mantuve muy al margen de los familiares. Salvo los padres de Laura Alcoba, con el resto de las familias tomé distancia porque me generaba mucho respeto. Después de rodar, en una cena en lo de Laura, vino Daniel, a quien no conocía y me preguntó quién hacía la música. Yo tenía algunas pistas, pero no tenía nada concertado y me preguntó si él la podía hacer. Yo le dije que sí, pero sabiendo que él es muy famoso en Francia le dije que no había presupuesto y me respondió que él no quería que se le pagase”, repasa la directora.
"Esta historia contada por Laura Alcoba retoma hechos particulares, pero que se pueden generalizar a lo que vivió cada uno de esa generación de niños durante la dictadura”
“Me sentí
elogiada y al mismo tiempo rara porque ¿cómo hacés para decirle que sí a
alguien que no quiere ser pagado? Iniciamos dialogo y entendí que no quería
cobrar porque él le estaba haciendo un homenaje a su hermana”, recuerda.
En La Plata,
la película fue bien recibida. La historia de la familia Teruggi-Mariani ha
calado profundo en una parte de la población y la búsqueda incansable de Clara
Anahí por parte de su abuela María Isabel Chorobik de Mariani, conocida como Chicha,
es conmovedora. Además del trabajo de Teruggi, el film cuenta con la
participación de Luis Longhi, tío de Laura Alcoba, y la niña es interpretada
por Mora Iramaín García, nieta de desaparecidos.
El sábado
Selinger presenció la proyección de la película en La Plata. Lo hizo en
compañía de Mora. Presentó el film, respondió algunas preguntas al final y se
emocionó frente a un público que la abrazó con aplausos. [El Teclado]