La audiencia en la que Mauricio Macri iba a ser indagado por las supuestas maniobras de espionaje ilegal desplegadas sobre familiares de los tripulantes del Ara San Juan fue postergada para el 3 de noviembre tras el pedido de suspensión realizado por su defensa, que alegó que para poder responder necesitaría primero que se le levante el deber de confidencialidad.

En este contexto –y cuando faltan poco más de dos semanas para que se cumpla el 4to aniversario del hundimiento del submarino- El Teclado Radio dialogó con Alejandra Sánchez, hermana de Alberto, uno de los 44 fallecidos, quien analizó la situación judicial del exmandatario: “Partamos de la base que a Macri le prohíben salir del país estando fuera del país. De ahí en más, te das cuenta que es un chiste”, señaló.

Y profundizó: “Luego encontrarse con que él se presenta sabiendo bien que no puede declarar, qué sentido tiene. Son cosas muy obvias a mí entender; una más de las tantas que nos pasan en esta lucha que es cuesta arriba”.

Sánchez recordó cuál fue la reacción de los familiares de las víctimas luego de enterarse del espionaje: “No nos entra en la cabeza. ¿Qué sentido tiene? Creo que la atención del Estado debió estar en otro lado. Pero ya tuvimos muestra de mala predisposición: a ellos se les perdieron 44 personas y hubo que ir 2 meses a encadenarse para que los vayan a buscar”, recordó.

“Yo estuve en una reunión que hizo Leopoldo Moreau donde nos mostró las pruebas y fue escalofriante. Nos espiaban de forma descarada. Nuestro error fue haber sido tan pasivos. Pensábamos por ahí se enojan y los dejan de buscar.  Creo que eso te agranda más el dolor y la incertidumbre”, resaltó.

La hermana del tripulante espera que “Macri diga la verdad” aunque cree “que no va a declarar”. “Puede mandar una nota, presentar un escrito y no hablar directamente. Puede decir yo no estaba enterado”, lamentó.

LA VIDA DESPUÉS DE LA AUSENCIA

El próximo 15 de noviembre se cumplirán 4 años del hundimiento del submarino. En su charla con El Teclado Radio, Alejandra repasó las sensaciones que viven los familiares de los tripulantes desde aquel entonces.

Primero, recordó cómo fueron los momentos posteriores al día en que su vida, la de su madre, su cuñada y sus dos sobrinos, Julián y Juan Ignacio, cambió para siempre:  “En un principio la sensación fue como patear un hormiguero. Estábamos todos desorientados”.

“Sentimos la ausencia todos los días. Nada volvió a ser igual. Para mi mamá éramos Alberto y yo”, aseguró Alejandra.

“Mi mamá fue la primera en recibir la noticia y creía que había perdido señal del celular. Pensaba que enseguida mi hermano se iba a volver a comunicar. Hasta que entendimos que el submarino perdió señal. Después de ahí fueron muchos días con la esperanza de que iba a llegar una buena noticia”, recordó.

Los meses y los años pasan, pero el dolor permanece: “Sentimos la ausencia todos los días. Nada volvió a ser igual. Para mi mamá éramos Alberto y yo. Mi hermano hoy estaría festejando que su primer hijo egresa de secundaria”.

“Era la última navegación de mi hermano. El año que viene se jubilaba. Las navegaciones en sí consistían en sumar millas”, recordó y se reflexionó: “¿Qué pasó realmente? No lo sabemos. Ojalá algún día lo sepamos. Pedíamos que bajen cámaras subacuáticas. Nosotros vimos una mochila, un overol y un saco. ¿Eran los únicos qué había? ¿No había nada más?”

Así, concluyó: “En pocas semanas se cumplen los 4 años y no tenemos justicia como tantos otros que llevan años luchando. Ojalá la justicia empiece a ser justa en Argentina”.

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