Situación más que increíble se dio en la ciudad de Chascomús en los últimos días. Y los protagonistas serían nada más y nada menos que los principales candidatos de Juntos, que dicho sea de paso, vienen de ganar las Primarias con bastante comodidad. ¿Quiénes son? Los concejales Ramiro Ferrante y Soledad Nivio (van por la renovación). Así, al menos, lo indicó la denunciante de nombre Myriam, protagonista principal de esta historia.
En el expediente, que en las próximas horas sería tratado en el Concejo, se indica que el mencionado Ferrante y parte de su equipo se llegaron hasta el barrio 30 de Mayo (previo acuerdo con otros vecinos), y entre otras cosas, le preguntaron a la mujer si en su casa necesitaban algo, alguna ayuda. En principio habría dicho que no. Aunque enseguida, según se supo, cambió de opinión.
El candidato, como se dijo, ganador de las PASO, habría insistido. "Pedime nomás, lo podemos resolver, se lo pedimos al municipio", habría expresado, palabras más, palabras menos. Y la señora finalmente aceptó. Le pidió unas chapas, un caño y unos tirantes como para hacerle un cobertizo a la moto, como para que no "duerma" a la intemperie. También la conexión del gas para una de las habitaciones.
¿Cómo sigue el asunto? Al parecer, con la firma falsificada de la beneficiaria (así lo expuso la mujer a la asistente social que la entrevistó -ver pdf-), un alfil de los postulantes cambiemitas (de nombre Augusto) presentó una nota en mesa de entradas del Palacio municipal, dirigida a la Secretaría de Desarrollo. ¿Para qué? Sí, para que la administración liderada por Javier Gastón le brinde la ayuda a la señora.
"Hacen campaña con plata del estado, ni más ni menos", expresó ante El Teclado un allegado a la Comuna, más que indignado, a la espera que el deliberativo analice la presentación hecha por el Ejecutivo (a partir de la declaración de la beneficiaria) y tome cartas en el asunto. "Por lo menos tienen que denunciarlos ante la Justicia, es una vergüenza, una locura", completó la fuente.
La historia no termina acá. La tramoya -si se quiere- salta a la luz cuando la asistente social se acerca a la casa de la mujer (para entre otras cosas corroborar las necesidades mencionadas en la nota) y esta declara que el referente amarillo fue quien le insistió para que pidiera la ayuda y que si bien había aceptado, nunca firmó la nota en cuestión. Convocada por el área de Legales del municipio, la señora, brindó más detalles. Hasta nombres.
El Teclado tuvo acceso al expediente:
[El Teclado]