“Algo se enciende”, memoria de la organización estudiantil ante un femicidio
Por María Eugenia Suárez
“Algo se
enciende” es la ópera prima de Luciana Gentinetta. La cineasta, que
asistió al mismo colegio secundario que Anahí Benítez, decidió a partir
del femicidio de la joven registrar la organización de la comunidad estudiantil
ante la muerte, el recuerdo, y el pedido de justicia. En conversación con El
Teclado, la realizadora sostiene que el asesinato de la adolescente “produjo
una reacción que no salió de un repollo”, sino que es una respuesta atada a una
historia de compromiso propia de la institución. Por eso, dice, el objetivo de
la película es lograr que en otras escuelas “se replique lo que hicieron los
amigos” de la joven.
Anahí Benítez tenía 16 años cuando desapareció el 29 de julio de 2017. Cuatro días después fue encontrada asesinada en la reserva de Santa Catalina, en Lomas de Zamora. En medio lucubraciones mediáticas sobre su trágico final, compañeros y amigos de la Escuela Normal Antonio Mentruyt (ENAM) de Banfield fueron motor de una organización que primero apuntó a encontrar con vida a la joven, luego a un pedido incansable de justicia y después a la búsqueda de herramientas que los ayudasen a superar lo vivido.
“Egresé de la misma escuela
que iba Anahí dos años antes que la asesinaran. Y como egresada participé
activamente de la búsqueda y el posterior reclamo de justicia”, relata a El
Teclado Luciana Gentinetta, directora del film y cuenta que a seis meses del hecho se da
cuenta que tenía un archivo muy grande de fotos y videos. “Se lo mo
stré a dos
amigos, también egresados de la escuela, Yago y Mauro, que terminaron siendo
asistente de dirección y director de fotografía, y ellos me propusieron hacer
un largo. Ahí empecé a escribir la película, un poco por su arenga y otro poco
conmocionada por lo que estaba sucediendo en la comunidad educativa”, cuenta.
“Más o menos a esa altura, les amigues y compañeres de Anahí deciden sostener el reclamo de justicia, pero empiezan a buscar la forma de cambiar las actividades que se hacían. Durante esos seis meses se habían hecho movilizaciones, se habían contactado con la prensa, le habían puesto el cuerpo de una forma bastante fuerte. No podían más porque estaban atravesando un duelo y para la comunidad entera de la escuela había un vacío muy fuerte”, explica y señala que ante esa situación sucede un giro en la metodología de pedido de justicia que busca de alguna forma homenajear la faceta artística de Anahí y empiezan a hacer distintas intervenciones vinculadas al arte.
Para Gentinetta la organización inicial de búsqueda de la joven y el posterior pedido de justicia tiene que ver con el espíritu de “militancia y organización estudiantil” que tiene la comunidad educativa del ENAM. “El femicidio es una situación bisagra en nuestra historia y los que llevan adelante el relato son compañeres de Anahí, todos de 16, 17 años”, dice e indica que la película habla un poco de cómo se transita la pérdida, pero sobre todo “cómo la escuela contuvo como espacio, como comunidad, a los chicos y cómo ellos empiezan a encontrar herramientas superadoras de ese duelo que tienen que ver con su pulsión de vida”.
“El femicidio es una situación bisagra en nuestra historia y los que llevan adelante el relato son compañeres de Anahí, todos de 16, 17 años”
ENAM es una de las viejas escuelas nacionales y su amplio predio, que incluye un campo de deportes, está emplazado en un barrio residencial de Banfield, localidad de Lomas de Zamora. “Hay toda una historia en esos pasillos que está muy ligada a las muertes que dejó la dictadura militar. Hay una división entera desaparecidos. Sólo en nuestra escuela desaparecieron a más de 30 adolescentes. Eso implica una tradición de organización estudiantil”, cuenta Luciana y agrega que “el feminicidio de Anahí produjo una reacción, un nivel de organización que no sale de un repollo. Sino que tiene que ver con una educación ciudadana que deberían incentivarse en todas las escuelas porque habla de involucrarse ante todo tipo de injusticias sociales, implica empatía, ser crítico”.
La película, que comenzó a filmarse dos años después del femicidio de Anahí, es la ópera prima de Luciana. Se estrenó en marzo en la última edición del Buenos Aires Festival Internacional de Cine Independiente (Bafici) y resultó ganadora del premio de la Asociación de Cronistas Cinematográficos de la Argentina a mejor película. Además, estuvo en el festival audiovisual de Bariloche donde también ganó el premio a mejor película.
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Publicado por Algo se enciende - Película en Martes, 2 de noviembre de 2021
“Haber vuelto a nuestra escuela y haber hecho algo tan satisfactorio para toda la comunidad me pone muy contenta porque fue un trabajo que hicimos con mucho dolor. El cine es un archivo que queda para la memoria de la comunidad, que sirve de bitácora para las generaciones que vienen. Me gusta pensar en que lo que se hizo se puede replicar en otras escuelas, que lo que hicieron los amigos de Anahí se puede tomar como ejemplo”, señala Luciana al repasar las satisfacciones de la realización y agrega: “Es importante entender que lo que le sucedió a Anahí, lamentablemente, es algo que en diferentes escalas de violencia nos puede tocar. Esta no es una cuestión aislada y eso hace que necesitemos involucrarnos y tomar cartas en el asunto como jóvenes, como sociedad”.
Y completa: “Ese es el potencial de la película. Si se puede replicar y el resto de las personas pueden ver esto como una posibilidad para organizarse con otros, para juntarse y de hacer cosas, el objetivo está cumplido”. [El Teclado]
“Algo se enciende” puede verse el domingo 7 de noviembre en La Plata en el Cine Select (calle 50 entre 6 y 7) a las 19 horas, en el marco del Festival Espacio Queer. Además, está previsto su estreno el 18 de noviembre en el Centro Cultural San Martín de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.