Hoy hace cuatro años, cuatro meses y 25 días del femicidio de María Emma Córdoba por parte de Ariel Baéz. También es el comienzo de una nueva etapa para Ana Laura González, testigo del ataque y sobreviviente.
"Espero poder sacarme esta mochila de encima y no esperamos menos que una perpetua", dijo esta mañana al llegar al Tribunal Oral Criminal Nº 5 de La Plata. Allí la esperaba un puñado de compañeras, amigas y familiares; y su abogado Jerónimo Guerrero Iraola, que jugó un rol fundamental en la lucha por la Justicia.
¿Cómo llega una sobreviviente a un juicio en donde tiene que dar cuenta de las aberraciones sufridas aquel día? "Lo tuve que trabajar mucho. Si no fuera por la terapia, la familia y mis amigos, creo que no hubiera sido posible", sostuvo Ana, que destacó el acompañamiento de Jerónimo.
Ana Laura y Emma eran amigas. El sábado 8 de julio de 2017, como todos los fines de semana, se habían juntando a estudiar. Una Medicina, la otra Magisterio. Antes de la medianoche una de las chicas abrió la puerta que daba a la calle para entrar a los perros. Cuando reaccionaron, un hombre se había metido a la casa empuñando un arma de fuego. Lo que sigue es una triste historia. El hombre era Ariel Báez, vecino de Emma. Desde que ingresó a la vivienda ubicada en calle 126, entre 5 y 7, de Punta Lara, las sometió a todo tipo de vejámenes. Después de abusarlas e intentar matarlas a golpes, incendió el lugar para no dejar rastros.
Pero Ana logró escapar, pedir ayuda y luego identificarlo. Desde aquel día, primero con identidad reservada y luego haciendo pública su historia, luchó cada minuto para que el crimen de Emma no quede impune.
"Este juicio significa todo, es poder darle un cierre. Esta lucha de estos años, más allá de mí y de Emma, es una búsqueda de un cambio real en la sociedad. Que podamos entender que no podemos seguir viviendo con miedo, y hay que pelearla", dijo Ana.
El juicio se inicia al mismo momento que el del femicidio de Úrsula Bahillo, que fue asesinada por su ex novio Matías Martínez en Rojas.
También, cuando se encontró el cuerpo de Nancy Videla, de 31 años, en la localidad de Ingeniero Budge.
"Me remueven mucho y me lastiman", dijo Ana al referirse a los femicidios. Y cerró: "Es lamentable seguir llorando mujeres. Por eso insisto en que esto tiene que cambiar". [El Teclado]