“Los favoritos son los de golosinas: Bazooka, palito de la selva o chicle sabor, alfajores Capitán del Espacio, Bananita Dolca y chocolates Cadbury. También los de fernet con coca y los de Gancia resultan irresistibles”, detallaron desde heladería “Pachi”-IG: @heladospachi-.
Cuando abrió sus puertas en 1978, sus dueños se propusieron ser originales, crear sabores diferentes y compartir esas delicias, la gran mayoría de los clientes se transformaron en fanáticos y transmitieron su devoción por esas creaciones artesanales a otros consumidores.
“Comenzamos haciendo fernet con coca y palito de la selva, estos sabores se hicieron virales y fueron el puntapié para crear otros”, explicaron los maestros heladeros.
Entre los más novedosos se destacan los de crema de palta, los de ananá fizz, los de sandía, los de caramelos “Fizz” y “Flynn Paff”, el de “Serenito”, los de cerveza stout, amber y granada, los de “Rodhesia”, los de “Chocolinas”, y el “Monsters paradise, frutos tropicales”, entre otros.
“El público nos acompaña en cada lanzamiento y nos desafía día a día. Eso también ayuda a la creación”, indicaron desde la heladería.
En estas cuatro décadas “Pachi” se convirtió en una bitácora de anécdotas, entre las preferidas están las que muestran un gesto afectivo como cuando llegan de otras regiones o países a este rincón de la Provincia para degustar los helados.
Una de las historias mejor guardadas cuenta que una pareja vestida para la boda, llegó al lugar y expresó: “antes de casarnos tenemos que tomar un helado en Pachi”.
A través de los años se generó una mística muy fuerte en torno a la heladería, que desde su cuenta de Instagram proponen juegos con sabrosos premios para agasajar a los fans. Sus seguidores se hacen llamar “pachitos” en las redes sociales . Además desde
En la avenida 19, entre 57 y 58 de la capital provincial, se encuentra “Ku-Ku”, la heladería pionera de la ciudad en elaborar sabores excéntricos como melón granizado con jamón crudo, crema de oliva, arroz con leche y la crema Covid, entre otros.
Luis Merlo, propietario de la heladería, viajó a Italia durante la década de los ochenta donde se dedicó a la fabricación de cremas heladas para regresar al país en 1989 volvió con nuevas ideas. “En ese momento traje novedades como arroz con leche, torroncino y tutti fruti”, contó este artesano del sabor, quien heredó de su padre la impronta creativa.
“En 1953, en el barrio de Los Hornos, mi padre empezó a vender helado para solventar gastos. En ese entonces era un producto raro. En el local había un reloj cucu antiguo que llamaba la atención y dio origen al nombre Ku-Ku, aunque con K porque él la consideraba más vistosa”, relató Merlo.
El reconocimiento que “Ku-ku” tiene entre los platenses no solo se debe a sus combinaciones llamativas y a sus propuestas clásicas. El público destaca los precios accesibles y la utilización de materias primas de excelente calidad.
Quienes se fanatizan con esta heladería la transformaron en protagonista de miles de anécdotas. “Un día, un señor entró llorando y me explicó que los médicos le habían dicho que a su madre internada en estado grave, le dieran lo que pidiera. La señora quiso un helado de Ku-Ku”, contó el emprendedor.
Tradición artesanal
“El helado artesanal, al igual que una buena comida casera, depende fundamentalmente de la calidad de sus ingredientes y si a eso le sumas pasión la elaboración no puede fallar”, afirmaron desde la icónica heladería “Real” de Campana -IG: @heladeria_real- que debe su nombre al antiguo camino que pasaba por allí.
En 1956 Santiago, más conocido como “Bocha”, y Olga Inchausti le pusieron sabor a los paseos y a las tardes de los campanenses, transformando este lugar en la parada obligada para toda la familia.
Desde la “Real” sostienen que los gustos clásicos y sus nuevas versiones son los más requeridos por los consumidores. Entre los elegidos están el dulce de leche, en sus variantes super y granizado, el chocolate “Real”, lleno de crocante, y el super sambayón. “Son imbatibles pero cuando el calor agobia los frutales pasan al frente”, aseguró Bocha.
“A los argentinos nos cautiva más el dulce de leche, la crema de vainilla o el chocolate lleno de cositas para masticar”, opinó el maestro de los manjares dulces.
En momentos de creatividad realizaron preparaciones exóticas como cremas a base de palta, jengibre o frutas brasileños como guayaba y papaya o acai, de todos ellos solo el maracuyá cruzó el mostrador para comercializarse ya que “muchas veces se elaboran por el solo placer de crear sabores”.
También hay otros inspirados en postres o tortas como marquise y selva negra, que deleitaron el paladar exigente del público campanense.
Con sus historias y anécdotas los clientes forman parte de la vida de la heladería, aún recuerdan al folklorista Jorge Cafrune quien todos los domingos llegaba desde Los Cardales, partido de Exaltación de la Cruz, a buscar el postre para su hija Yamila.
Este comercio tradicional recibió la “Orden de Campana”, un reconocimiento a su trabajo, compromiso y pasión en su actividad.
Los helados, con sabores nuevos y tradicionales, invitan a descubrir los manjares bonaerenses que son parte de la identidad gastronómica de la provincia de Buenos Aires.
La agenda turística y cultural de los 135 municipios se encuentra disponible en la APP ReCreo.
Link de descarga: https://play.google.com/store/apps/details?id=org.gba.recreo&hl=es_AR&gl=US
A partir del 21 de diciembre rige el PASE LIBRE CON VACUNAS, acreditando dos dosis a través de las aplicaciones Vacunate PBA, Mi Argentina o el carnet de vacunación (cartón o tarjeta), con al menos 14 días de antelación al evento.
Es importante que los asistentes a las actividades cumplan los protocolos básicos de cuidado que consisten en la frecuente higienización de manos, el uso permanente de tapaboca-nariz y el respeto de la distancia social.