Con el retorno de la actividad presencial en las facultades y dependencias de la Universidad Nacional de La Plata, en febrero también reabren sus puertas dos de los máximos emblemas de la política de bienestar estudiantil de la casa de estudios platense. El Comedor y el Albergue vuelven a funcionar tras de casi dos años.
Desde los primeros días de esta semana, el Albergue Universitario ya comenzó a recibir a sus primeros huéspedes provenientes de distintas localidades del interior de la provincia y del país. En tanto, el histórico Comedor reanudará su servicio a partir del lunes 14 de este mes, con un esquema de viandas para llevar.
EL Comedor Universitario anunció que el próximo miércoles 9 comenzará la venta de tickets para acceder a los almuerzos, que se servirán a partir del lunes 14. Es importante aclarar que, en el marco de las restricciones sanitarias que impone la pandemia, no estarán habilitados los salones para comer dentro de las instalaciones. Por ello, la reanudación del servicio se hará con un esquema de viandas para llevar.
En esta primera etapa, serán dos las sedes del Comedor que ofrecerán el servicio:
Desde el Rectorado adelantaron que a mediados de marzo se sumarán las sedes del Club Everton, de calle 14 entre 63 y 64, y la de ATULP, de avenida 44 entre 9 y 10.
Los responsables del Comedor remarcaron que, para retirar las viandas, será condición que cada estudiante se acerque a la boca de expendio con un recipiente limpio y apropiado para transportar los alimentos.
En estas primeras semanas de reapertura, el Comedor de la UNLP ofrecerá solamente almuerzos. El turno noche quedará habilitado –también con sistema de viandas para llevar- a partir de los primeros días de marzo.
El valor del ticket será de 100 pesos.
Los menús previstos son tallarines o ñoquis con salsa bolognesa, medallones de merluza o de pollo con ensalada de vegetales crudos, pollo al horno con ensalada de vegetales crudos, risotto de pollo, pastel de zapallo (con carne), cazuela de arroz con pollo, pastel de papas (con carne). En todos los casos incluye una fruta de estación como postre (banana, manzana, naranja, mandarina, pera). Cabe destacar que todas las comidas son elaboradas bajo la supervisión de profesionales nutricionistas y se ofrece una opción de menú para celíacos.
Finalmente se anunció que, en estas primeras semanas de reapertura, el Comedor de la UNLP ofrecerá solamente almuerzos. El turno noche quedará habilitado –también con sistema de viandas para llevar- a partir de los primeros días de marzo.
Vale recordar que, durante la época de aislamiento impuesta en el marco de la pandemia, la UNLP puso en marcha la denominada Beca de Comedor en Emergencia. Se trataba de un subsidio económico con la finalidad para que los estudiantes pudieran adquirir alimentos mientras el establecimiento permaneciera cerrado.
El 31 de enero reabrió sus puertas el Albergue Universitario y comenzó a recibir a sus estudiantes huéspedes provenientes del interior del país, que no cuentan con los recursos económicos suficientes para afrontar los gastos de un alquiler en la ciudad. Este año, la UNLP ofrecerá alojamiento y alimentación en forma gratuita a 151 estudiantes de distintas provincias, que estudian en alguna de las 17 facultades de esta casa de estudios.
Los responsables del Albergue informaron que ya se encuentran alojados 14 estudiantes y que, a medida que se vayan reanudando las actividades académicas, llegarán de forma escalonada los 137 restantes.
Para su reapertura, las autoridades pusieron en funcionamiento un estricto protocolo sanitario para garantizar una convivencia cuidada, que incluye vacunación contra el COVID-19; uso de barbijo obligatorio en espacios cerrados y aforo limitado en espacios comunes. Además, se registra la temperatura y se sanitiza a todas las personas que ingresan al predio.
Es importante recordar que el Albergue cerró sus puertas desde el inicio de la pandemia, en marzo de 2020. Unas semanas después, la UNLP decidió poner las instalaciones a disposición de las autoridades sanitarias de la región para que el edificio pudiera ser utilizado como hospital de campaña, en caso de ser necesario.
Emblema de las políticas de Bienestar Estudiantil, el Albergue ofrece desde hace 11 años alojamiento, trasporte y alimentación a jóvenes estudiantes de todo el país que eligen la UNLP para llevar adelante su formación universitaria. Se prevé que una vez finalizados los trabajos de puesta en valor del tercer módulo habitacional, tendrá capacidad para alojar hasta 200 estudiantes y alcanzar así ocupación plena.
El predio, ubicado en la calle 61 y 127 de la vecina localidad de Berisso cuenta con una superficie total de más de 7.500 metros cuadrados, con una superficie cubierta de casi 6.000 metros cuadrados. Tiene en total tres módulos habitacionales que hoy alojan a 151 estudiantes.
Situado en la esquina urbana del predio y sumado a los módulos habitacionales, existe un edificio de dos plantas que hace las veces de “cabecera” del complejo. Allí está el área administrativa y el comedor de unos 200 m2 cubiertos.
El quinto edificio de jerarquía que completa el conjunto y que se encuentra a la salida del edificio “cabecera” en dirección al patio es el correspondiente al Salón de Usos Múltiples, de unos 170 m² cubierto; espacio donde además de realizarse los talleres propuestos desde el Equipo Tutorial, funciona como lugar de esparcimiento, sala de estudio y reuniones de amigos y familiares de los estudiantes. A continuación, se encuentra la Sala de Recreación que incluye una mesa de pool, un metegol, living y TV. Además, el predio cuenta con un lavadero, sala de computación, dos canchas de paddle, una cancha de fútbol 5 y una de básquet.
Por otra, los estudiantes cuentan además con un espacio acondicionado especialmente que sirve para que los jóvenes utilicen como cocina. Este lugar es independiente de la cocina central del Albergue Universitario.
Además del desayuno; el almuerzo; la merienda y la cena, las chicas y los chicos que residen en el Albergue cuentan con el acompañamiento institucional necesario para la contención en la vida universitaria, recibiendo un abordaje profesional sobre las eventuales dificultades que surgen en la cotidianeidad, tanto en lo académico como en la convivencia.