Malena Leiza se define “autodidacta y caradura” a la hora de contar cómo se convirtió en diseñadora de lencería. Hace un tiempo su emprendimiento tuvo una vuelta de rosca cuando una mujer con una mastectomía le pidió un diseño especial: hacer un corpiño con unitasa. En conversación con El Teclado, la creadora de Rendez-Vous compartió la experiencia de su trabajo y por qué considera que haber reversionado esa prenda es una “especie de mimo” para las mujeres que sufrieron cáncer de mama.
Malena cose desde que tiene 16 años. Con una máquina que
aún conserva diseñaba sus propias prendas con encajes, puntillas y géneros con
texturas. Aquel gusto por ese tipo de textiles lo trasladó, años más tarde, a la
creación de un emprendimiento de lencería al que denominó Rendez-Vous, que en
francés significa encuentro, y que cuando lo pronuncia la traslada a Ecuador,
el país en el que durante un viaje conoció aquella palabra que se convirtió en
su sello personal.
Decidida a apostar a su emprendimiento, en 2017 abandonó su trabajo de oficinista y se volcó al diseño de lencería como su actividad principal. “Tengo el taller instalado en mi casa. Todas las prendas las corto y coso yo”, dijo en conversación con El Teclado y agregó que desde hace un tiempo su cuñada le da una mano en parte de esas actividades.
Al visitar los productos que Rendez-Vous ofrece en su página llama especialmente la atención la pestaña “corpiños unitasa-tasa diferencial”, un diseño que no sólo se destaca por su originalidad, sino por su sentido social.
“Siempre hago pedidos especiales y personalizados, y una vez me contactó una chica que tenía la suegra a la que le habían hecho una mastectomía, pero no quería hacerse una cirugía para el busto porque estaba cómoda como había quedado, y tampoco quería usar relleno en el corpiño, sino tener corpiños que tuvieran una sola tasa”, explicó la joven a este portal.
El pedido la emocionó y movilizó: “Es lindo ver que uno
puede hacer algo que sume a la vida de otra persona o que le facilite un poco
las cosas”.
Aquel contacto fue la punta de un ovillo que no dejó de crecer: “Lo armamos, quedó muy contenta y lo empezamos a ofrecer”, dijo y contó que el diseño respeta el trazado tradicional de un corpiño, con dos tasas y un prendedor, pero el segmento donde está la cirugía la tasa no tiene volumen.
“Es un diseño super personal porque donde está la cicatriz se
necesita que la tela sea más suave, más amplia, más fina, y según quien lo pida
el broche se ubica en la parte delantera, trasera, de costado…es a pedido”, agregó.
Para Malena su trabajo es “casi un mimo para estas mujeres”. “Doy todo lo que sea que se necesite para que estén cómodas y para que
atraviesen lo que les pasó de la forma más simple”, completó. [El Teclado]