Sin lugar a dudas, esta noticia hace mucho ruido. La Justicia ordenó suspender la ordenanza que prohibía la pirotecnia en el municipio bonaerense de Dolores. El fallo se agrega a la larga lista de sentencias que declararon inconstitucionales estas normas en el país. La demanda judicial había sido realizada por la Cámara Argentina de Empresas de Fuegos Artificiales (CAEFA).
La medida del Juzgado en lo Contencioso Administrativo de Dolores ordenó la suspensión de la ordenanza Nº 1747/2019. “No puede haber mayor interés público que el irrestricto respeto de las normas constitucionales, internacionales y legales.
Dicho de otro modo, se satisface plenamente el interés público, cuando la misma Administración se adecua y cumple acabadamente lo dispuesto en el bloque de legalidad que la rige, respetando los derechos que encuentran amparo en nuestras Constituciones Nacional y de la Provincia de Buenos Aires”, señaló el Tribunal.
La sentencia sigue el camino de la Suprema Corte de la Provincia de Buenos Aires, que declaró inconstitucional la ordenanza de General Alvarado (Miramar); de la Justicia de San Juan, que hizo lo mismo con las normas de los municipios de San Juan, Rivadavia y Santa Lucía.
Y a su vez las medidas judiciales que anularon las prohibiciones en Quilmes, Magdalena, Berazategui, Florencio Varela, Rauch, Bolivar, Berisso, el Partido de la Costa, Carlos Casares, Pehuajó, Coronel Suarez, Rivadavia y Mar Chiquita, entre otros 17 municipios bonaerenses. Otros, como Las Flores y Florencio Varela que derogaron ellos mismos sus prohibiciones.
"El fallo suma tranquilidad a las 60.000 personas que trabajan gracias a los fuegos artificiales y sus familias, para los millones de argentinos y argentinas que disfrutan de los fuegos artificiales y es un golpe para la actividad clandestina que crece donde hay prohibiciones", señalaron fuentes cercanas a la CAEFA.
Más allá de lo indicado por la Justicia, la pirotecnia con lleva riesgos frecuentes y conocidos de quemaduras, lesiones en los ojos y trauma acústico. Otros efectos, menos conocidos son los que afectan a la población con autismo, discapacidad intelectual y también a las personas con estrés post traumático como los veteranos de guerra en quienes pueden reactivar recuerdos muy vívidos y angustiantes.
Tal como informó Télam tiempo atrás, algunas personas tienen dificultades en el procesamiento de la información que captan sus sentidos. Esto puede afectar la audición, pero también el tacto, el gusto, el olfato, la visión, la propiocepción (sentido de conciencia corporal) y el sistema vestibular (equilibrio). Puede generarse entonces demasiada o insuficiente estimulación de los sentidos.
Los niños con trastornos del neurodesarrollo, pueden sufrir de hipersensibilidad auditiva, que se da por alteraciones en el registro, la integración e interpretación de los estímulos sonoros que provienen del medio. Esto es particularmente frecuente en personas con TEA, que según el centro de monitoreo de autismo del CDC actualmente se identifica en uno de 44 niños.
En el caso de la hipersensibilidad auditiva, puede darse una agudeza auditiva exagerada, que lleva incluso a una sensación de dolor por esta percepción aumentada del sonido. Esto redunda en estrés y una fuerte desregulación conductual y emocional porque el umbral de tolerancia auditiva a determinados tramos de la frecuencia sonora es muy bajo.
Dependiendo de las características de la persona, este estrés puede llevar a autolesiones, así como a agresiones físicas a terceros, llanto, gritos, taparse los oídos con las manos y otras reacciones impulsivas por no comprender ni tolerar lo que sucede alrededor.