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  Especiales   03.07.2022 - 12:00   
INFORME
El matrimonio infantil, otra forma de violencia invisibilizada en Argentina
Afecta el desarrollo de niñas y adolescentes de entre 14 y 17 años: abandono de la escuela, embarazo adolescente y mayor riesgo de sufrir violencia doméstica están entre las consecuencias principales.
El matrimonio infantil, otra forma de violencia invisibilizada en Argentina
[Foto: http://feim.org.ar/].
Por: Luciana Mateo

Cerca del 5% de las niñas y adolescentes de entre 14 y 17 años de Argentina están casadas o conviven con una pareja. 

La información que se desprende del Censo 2010 -por el momento no se conocen los datos del Censo realizado el 18 de  mayo pasado- es concluyente: el 4,7% de las niñas y adolescentes argentinas –un total de 132.398- se casaron o unieron en convivencia antes de cumplir los 18 años.  

Esta situación, que aparece invisibilizada como problemática social, es producto y a la vez generadora de otros conflictos como el abandono de la escolarización, el embarazo adolescente y la violencia doméstica.  

Es por esto que las y los especialistas en la materia coinciden en que el matrimonio infantil es una forma de violencia de género.  

De acuerdo a un informe realizado por la Fundación para Estudio e Investigación de la Mujer (FEIM) sobre matrimonio y uniones convivenciales infantiles, “las mayores frecuencias se observan en la región del Noreste -NEA-, seguida por la región del Noroeste -NOA-, luego así, en la región centro y patagónica del país”. 




El trabajo realizado por FEIM con el apoyo del ‘Fondo Fiduciario de las Naciones Unidas para eliminar la violencia contra la mujer’ sostiene que “el matrimonio infantil es considerado una forma de violencia de género contra las niñas y una forma de matrimonio forzado”.  

“Los Comités advierten que se han casado niñas sin su consentimiento pleno, libre e informado, por ser demasiado jóvenes para encontrarse física y psicológicamente preparadas para la vida adulta y/o para tomar decisiones conscientes e informadas”, agrega el estudio.  

ABANDONO DE LA ESCUELA Y EMBARAZO ADOLESCENTE

Mabel Bianco, presidenta y fundadora de FEIM, observa en ese sentido que “analizando por el momento fuentes secundarias, vemos que las niñas y adolescentes que se casan o unen en Argentina han dejado la escuela, o la dejan ni bien se unen”.  

“La mayoría, o una gran cantidad, quedan embarazadas tempranamente; incluso muchas se unen o casan porque han quedado embarazadas”, añade ante la pregunta de El Teclado

Bianco –médica, Master en Salud Pública y especialista en Epidemiología- cuenta también que “por datos de la Oficina de Violencia Doméstica y del Registro de Femicidios de la Oficina de la Mujer de la Corte Suprema se verifica que los femicidios en adolescentes son más frecuentes cuando están en uniones, desde ya por parte de sus compañeros. Además, hay más consultas por violencia en adolescentes y niñas que están conviviendo o en matrimonio”. 

“La mayoría viven en lugares rurales, alejados, con servicios muy insuficientes, carentes de servicios de salud y nada de servicios sociales”. 
Mabel Bianco


Sobre la procedencia de las mujeres menores de 18 años que ya conviven con su pareja, Bianco asegura que “la mayoría viven en lugares rurales, alejados, con servicios muy insuficientes, carentes de servicios de salud y nada de servicios sociales. En algunos casos no hay escuelas o están muy alejadas y las que hay, en general no tienen Educación Sexual”. 

“HABLAR DE SEXO SIGUE SIENDO TABÚ”

Yamila Villalba, operadora comunitaria en Añatuya (Santiago del Estero) de la Asociación Civil "Haciendo Camino" que trabaja para mejorar la calidad de vida de familias en situación de vulnerabilidad social, coincide en que lo habitual es que las niñas y adolescentes abandonen la escuela cuando quedan embarazadas.  

“Conozco una mamá que terminó séptimo grado y no siguió estudiando; tampoco trabaja. Muchas quedan dependiendo del marido que, en general, trabaja en una ladrillería, cargando carbón o en construcción, que es lo que más sale acá”, dice a El Teclado.

Entre las razones de las convivencias tempranas, Villalba encuentra que suceden porque “las chicas no tienen otra opción; al quedar embarazadas a tan corta edad muchas veces sus padres se enojan y las ‘corren’ de la casa y la única opción que les queda es irse con la pareja”. 




Consultada acerca de la aplicación de la Ley de Educación Sexual Integral en las escuelas de la región, Villalba estima que “hará un año que se aplica, pero acá hablar de educación sexual o sexo en la familia sigue siendo un tabú”.  

“He escuchado a mamás enojarse porque en la escuela les enseñan Educación Sexual”, señala la operadora social, y destaca: “ellas creen que les van a enseñar a tener relaciones sexuales. Nosotros siempre tratamos de explicarles que no se trata de eso, que se trata de que ellas conozcan su cuerpo, sepan respetarlo y de que conozcan todos los métodos anticonceptivos”. 

EMBARAZOS NO DESEADOS

Ante este panorama, el embarazo no deseado es más que frecuente.  “Conozco mamás que ya tienen 3 ó 4 hijos y si les preguntás si querían quedar embarazadas, te dicen que no. Y tampoco saben cómo cuidarse”, asegura Villalba. 


“Podría decir que el 99% no son embarazos deseados”.
Yamila Villalba


Y remarca que “el 95% -o te podría decir que el 99%- no son embarazos deseados, por eso trabajamos en la prevención. En el hospital hay métodos anticonceptivos pero no es fácil retirarlos”.  

“Hay una mujer que participa de uno de los Programas que tiene 28 años y 9 hijos”, ejemplifica. 

“Estamos en una sociedad muy machista –reconoce la integrante de “Haciendo Camino”-; hay muchas mamás que nos cuentan que no se cuidan porque los maridos no quieren, o que usan métodos anticonceptivos a escondidas de ellos para no tener hijos”. 

FALTA DE RECONOCIMIENTO DEL PROBLEMA

El Código Civil y Comercial de la Nación establece que los y las adolescentes de entre 16 y 18 años necesitan la autorización de sus padres u otros representantes legales para contraer matrimonio. Los menores de 16 años requieren por su parte del permiso de un juez. 

FEIM trabaja en la propuesta de modificaciones legales y en la elaboración de un “índice de riesgo” para “mejorar la situación” –dice Mabel Bianco-, ya que “se trata de un tema muy ignorado y muy poco visibilizado en nuestro país”. 

“Creemos que, salvo para aquellos que están imbuidos en la temática de la adolescencia y el embarazo adolescente, esto no está reconocido como problema”, sostiene la titular de la Fundación y acota que “además, que sepamos, no hay ningún tipo de programa especial de los gobiernos a nivel nacional ni provincial destinado a este tema”. 

***

“Desde mi punto de vista, la problemática está sumamente ignorada e invisibilizada por un buen porcentaje de la sociedad y, a su vez, bastante normalizada y aceptada en el territorio federal, sobre todo en zonas del interior del país donde escasean los recursos económicos e información acerca de derechos y libertades. Es importante también nombrar la nula importancia que se le da a la problemática por parte de los medios de comunicación hegemónicos”. 

Quien opina es Belén Riquez Bark, ex integrante del Observatorio de Derechos Humanos y Género del Centro de Estudios Internacionales de la Universidad de Belgrano y autora, junto a otros compañeros, de un informe sobre matrimonio infantil y sus consecuencias para las niñas y adolescentes. 

A estas mujeres jóvenes –analiza Riquez Bark a El Teclado- “se las condena al abandono escolar prematuro, a un mayor riesgo de violencia doméstica y abuso sexual dentro del matrimonio, a falta de oportunidades de acceso a trabajo remunerado, al riesgo de contraer enfermedades de transmisión sexual y problemas de salud debido a la maternidad temprana”.  

Además –continúa la estudiante de Ciencias Políticas de la Universidad de Buenos Aires- “se les arrebata la posibilidad de ser quienes ellas quieran y sientan y se las obliga y condiciona a cumplir con un rol para el cual no están aptas a nivel emocional, psíquico y físico”.  [El Teclado]

RANKING DE PROVINCIAS. Ubicada en el décimo puesto entre todas las jurisdicciones argentinas, la provincia de Buenos Aires replica el índice nacional (4,7%): se estima que hay un total de 49.510 de niñas y adolescentes menores de 18 años casadas o en unión convivencial.  
De acuerdo al trabajo realizado por FEIM, las localidades con las mayores frecuencias son: Navarro (7,2%), Florencio Varela (6,9%), San Pedro (6,6%), Florentino Ameghino (6,5%) Carmen de Areco y Roque Pérez (6,4%), Olavarría y Suipacha (6,3%), General Rodríguez (6,2%) y Pilar y San Vicente (6,2%). 
A nivel nacional, las tasas más altas se registran en Misiones (7,2%), Chaco (6,9%) y Formosa (6,4%), es decir en el noreste argentino. [El Teclado]

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