Dar la teta en la plaza, en la calle, el transporte público,
en un museo...
En los últimos años, de la mano de las organizaciones
pro-lactancia y de profesionales sanitarios actualizados -pero también de los
movimientos feministas y las redes sociales- amamantar a un bebé, niño o niña está
dejando de ser un tabú.
Este año, en la Semana Mundial de la Lactancia Materna que comienza
mañana, distintos especialistas hacen hincapié en que la lactancia humana es
responsabilidad de toda la sociedad.
Por eso, destacan la necesidad de que quien desea dar la teta cuente con una red de apoyo y sostén, que va desde las personas que la acompañan afectivamente hasta quienes comparten su ámbito laboral.
“Una mujer que amamanta necesita de personas que le hagan de soporte: la pareja, una amiga, una hermana, la madre. Todas las que tuvimos un bebé sabemos que al principio no encontramos ni siquiera un momento para ir al baño. Entonces es importante que las personas que vienen a visitarnos, vengan a apoyarnos: nos hagan una compra, cocinen, limpien, y que no emitan opiniones del estilo ‘ese bebé tiene sueño o tiene frío’”, asegura a El Teclado Ana Tabuenca, directora del Banco de Leche de La Plata.
Tabuenca recibe todos los días en su consultorio del
Hospital ‘San Martín’ a mujeres puérperas con dudas y dificultades para dar de
mamar; allí les brinda asesoramiento, aliento y contención emocional.
“Hoy en día no hace falta el discurso de que la lactancia materna es beneficiosa, eso lo sabe todo el mundo. Hace falta gente que no entorpezca y que ayude, desde los profesionales sanitarios hasta las personas que acompañan, también en el trabajo”, dice la médica neonatóloga.
"Es importante que las personas que vienen a visitarnos, vengan a apoyarnos: nos hagan una compra, cocinen, limpien, y que no emitan opiniones del estilo ‘ese bebé tiene sueño o tiene frío’”. Ana Tabuenca
Y ejemplifica que “si cada vez que una compañera de trabajo se va a sacar leche le ponemos mala cara, eso la pone incómoda y obviamente en el baño –que es donde habitualmente se extrae- no va a sacar una gota de leche”.
“Las personas que amamantamos necesitamos dos cosas para dar la teta: información y apoyo”, coincide Lorena Corti, puericultora y doula de La Plata.
En cuanto al primer punto –explica Corti a El Teclado-
“sabemos que lamentablemente circula mucha información desactualizada, sobre
todo en los ámbitos de la salud tradicional. Entonces lo ideal es contar con información
antes de que nazca el bebé, es decir, realizar una consulta prenatal”.
En cuanto al segundo enunciado, -añade esta madre de 5 hijos e hijas- “apoyo, red y contención es algo básico. Hablamos idealmente de la familia cercana, de la pareja. Si después hay un núcleo un poquito más amplio, mejor. Pero tiene que ser una red que colabore y no que vaya a la casa a pasarse el bebito de mano en mano y a opinar”.
Rosarito González,
especialista en lactancia y enfermera, sostiene por su parte que “falta el
compromiso de apoyar y sostener desde afuera. Cuando la lactancia no funciona
no es responsabilidad de la mamá, ni de la familia, ni del bebé”.
González se posiciona
fuertemente en contra de los médicos que ante la primera dificultad de la madre
para dar la teta indican leche de fórmula en vez de derivarla a una profesional.
“Creo que detrás de todo esto
hay un comercio, -reconoce a El Teclado- no tenemos que olvidar que los
laboratorios y las empresas que fabrican artículos para la lactancia –desde un
biberón hasta una crema para los pezones- tienen su negocio”.
Por eso, apunta contra “los
pediatras que no están actualizados, que hoy en día sugieren a la mamá algo
totalmente anticuado, como que le dé de mamar 5 minutos de cada teta”.
“Creo que esto tiene que ver
con una falta de interés verdadero en la salud del bebé. Hay quienes tienen la
posibilidad de comprar un biberón y esterilizarlo pero hay otras mamás que no,
que ni siquiera tienen agua potable”, remarca la especialista platense.
Es que, efectivamente, dar y tomar la teta es una práctica que democratiza la alimentación durante los primeros meses de vida, sin distinción de clase social: además de los numerosos beneficios para la díada -como la disminución de la morbimortalidad infantil- se trata de una experiencia ecológica, sustentable y no contaminante.
“Creo que detrás de todo esto hay un comercio, no tenemos que olvidar que los laboratorios y las empresas que fabrican artículos para la lactancia tienen su negocio”. Rosarito González
“Pasa que todo lo que tiene que ver con el nacimiento está bastante manoseado”, dice González y agrega que “el nacimiento es un acto fisiológico totalmente natural y desde hace poco más de 100 años nos tienen que ‘ayudar a parir’. Desde que empezaron a ‘ayudarnos’, dejamos de creer en nuestros cuerpos. Y la lactancia se encuentra en ese contexto”.
En el mismo sentido, Corti afirma que “no dejamos de ser mamíferas y, nuestros bebés, cachorros. Lo que necesitan es estar permanentemente en contacto con nosotras. Si una pudiera desprenderse de todo lo social y cultural, tendríamos que estar tiradas en la cama con nuestro cachorro, piel con piel, conectando. Eso ya estimula un montón la producción de leche”.
La Semana Mundial de la Lactancia Materna se celebra cada año durante la primera semana de agosto. El lema de este año es "Apoyando y educando".
En este marco, destaca la importancia de “respetar la
denominada ‘hora sagrada’, es decir que el bebé pase del útero a los brazos de
la madre, independientemente de que haya nacido por parto vaginal o por
cesárea”.
“Hay una ‘ventana’ de entre 60 y 120 minutos después del nacimiento en los que el bebé está muy alerta. En ese momento hay más chances de que se prenda a la teta de manera óptima si está con la mamá que si se lo llevan, lo sacuden, lo bañan, lo peinan, lo miden y se lo devuelven dormido”, asegura la puericultora.
Obviamente que, como en toda experiencia nueva, pueden surgir dificultades -la mayoría vinculadas al mal acople del bebé en el inicio, como grietas en el pezón de quien amamanta- pero todas se pueden solucionar con el asesoramiento adecuado.
“Amamantar es un derecho, para nosotras y para el bebé. Hay una Ley de salud pública que protege la lactancia materna y que no se está cumpliendo”, afirma Rosarito González en referencia a la Ley nacional 26.873 que, entre otras cuestiones, establece que se deberá “promover el establecimiento de lactarios en los lugares de trabajo”.
“No dejamos de ser mamíferas y, nuestros bebés, cachorros. Lo que necesitan es estar permanentemente en contacto con nosotras". Lorena Corti
“¿Por qué no llega la
información a la mujer mientras está gestando? Hoy en día es la mujer la que
tiene que reclamar porque de otra forma la información no le llega”, señala la
especialista.
Tabuenca considera por su parte que “yo, como profesional,
tuve que desaprender lo poco que había aprendido sobre lactancia en la facultad
y en la residencia; tuve que deconstruirme para poder acompañar como se debe”.
El Banco de Leche de La Plata ofrece asesoramiento todas las
mañanas de lunes a viernes en el área de Maternidad del Hospital San Martín, en
calle 69 entre 115 y 116.
También se pueden realizar consultas a la dirección de mail: bancodelechelaplata@gmail.com
La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda que los bebés sean alimentados exclusivamente con leche humana durante los primeros 6 meses de vida y que luego, con la introducción de la alimentación complementaria, la lactancia se mantenga hasta por lo menos los 2 años de edad.
“Yo, como profesional, tuve que desaprender lo poco que había aprendido sobre lactancia en la facultad y en la residencia; tuve que deconstruirme para poder acompañar como se debe”. Ana Tabuenca
Pero la realidad es algo diferente. Las licencias laborales cortas
-en nuestro país son generalmente de 90 días para quien gesta- y luego las jornadas de trabajo de 6 u 8 horas sin espacios adecuados para extraer la leche conspiran contra quien
desea continuar con la lactancia.
Días Atrás, la Sociedad Argentina de Pediatría (SAP) emitió
un documento en el que propone asumir la lactancia “como un hecho cultural,
colectivo”.
El escrito, titulado “Una responsabilidad compartida”, pone el acento en el acompañamiento necesario para que la persona que amamanta pueda sostener esta práctica a pesar de tener que retomar sus compromisos laborales.
“Los ámbitos de trabajo deben adecuarse y propiciar ambientes que contribuyan a esta tarea”, se subraya en el documento.
Ana Tabuenca concuerda en que “es importante que los trabajos cuenten con ‘espacios amigos de la lactancia’ porque la mayoría de las mujeres tienen que sacarse leche en un baño común”.
“También debería comprometerse la escuela porque hay madres adolescentes que siguen estudiando”, agrega la médica y jefa del Banco de Leche.
Pero si no es para respetar ese derecho de la persona que
amamanta y su bebé, entonces hay que buscarle la vuelta y destacar un costado más afín al capitalismo,
el monetario.
Lorena Corti lo plantea en los siguientes términos: “los
gobiernos, los entes y las grandes empresas deben comprender el beneficio que
les generaría que la madre se pudiera sacar leche en un lugar tranquilo y limpio”.
“Entre otras cosas, se enfermaría menos el bebé y se enfermaría menos ella, lo cual redundaría en mejoras para su producción porque no tendría que faltar al trabajo”, sostiene la puericultora de La Plata.
“Los gobiernos, los entes y las grandes empresas deben comprender el beneficio que les generaría que la madre se pudiera sacar leche en un lugar tranquilo y limpio”. Lorena Corti
Para terminar, González
plantea el desafío que atravesamos como sociedad.
“Estamos en un período de
quiebre, de bisagra: hasta hace poco no era usual dar la teta, nosotras mismas
no fuimos amamantadas, entonces tenemos que romper con lo anterior, con
comentarios del tipo ‘no tenés leche’ o ‘tu pezón es muy chiquito’”, asegura la
especialista.
Y finaliza: “las mujeres somos poderosas, solamente necesitamos gente que nos sostenga y nos apoye. Dar la teta a nuestros hijos e hijas es un acto meramente revolucionario y poderoso, así que vamos por eso, que estamos cambiando la historia”. [El Teclado]
Datos de la SAP