A través de resolución 289 publicada en el Boletín Oficial, el Gobierno bonaerense creó la Mesa Provincial de Agricultura Familiar, de carácter no permanente, con el objetivo de promover “políticas, acciones y normativas que apunten al desarrollo productivo y al mejoramiento de la calidad de vida para las familias de la agricultura familiar campesina e indígena”, se indicó.
La misma estará bajo jurisdicción del Ministerio de Desarrollo Agrario bonaerense, y contará con la participación de organizaciones, asociaciones, cooperativas representativas del sector y demás instituciones vinculadas con la agricultura familiar, “para propiciar el desarrollo de un ámbito de debate y análisis que sea capaz de generar propuestas adecuadas que permitan mejorar el diseño y la implementación de las políticas públicas”.
Según establece la resolución, la Mesa Provincial de Agricultura Familiar tendrá como función el de “proponer políticas, acciones y normativas que apunten al desarrollo productivo y al mejoramiento de la calidad de vida para las familias de la agricultura familiar campesina e indígena”.
También, “emitir opinión y asesorar, de manera no vinculante, al Ministerio de Desarrollo Agrario acerca de los programas y acciones institucionales vinculados con la agricultura familiar y al desarrollo rural, analizando su efectividad, pertinencia y alcance”.
A la vez, debe “impulsar proyectos tecnológicos y emprendimientos productivos, el agregado de valor en origen, el fomento de la producción sustentable, la comercialización y consumo de alimentos locales y poner en valor a la agricultura familiar, como sujetos claves para garantizar la soberanía alimentaria”. E “impulsar la producción agroecológica y los procesos de conversión; difundir programas oficiales y unificar criterios en la administración de recursos destinados a la capacitación, la asistencia técnica y el financiamiento de proyectos productivos son otras de sus funciones”.
En los fundamentos de la resolución se indicó que “es innegable la importancia estratégica de la agricultura familiar en el desarrollo socio-económico y sustentable del pueblo, en particular por su rol central en la producción de alimentos, su aporte a la seguridad y soberanía alimentaria de la población, a la conservación y sustentabilidad de los recursos naturales, a la preservación de saberes, tradiciones y patrimonio cultural y como reservorio de la diversidad genética de especies vegetales y animales”.
Se indicó que “la organización de los agricultores familiares constituye una herramienta de vital importancia, en tanto permite dar respuesta a un conjunto de problemáticas socio-comunitarias y contar con mayor poder de negociación a la hora de defender sus intereses sectoriales y avanzar hacia proyectos colectivos, permitiendo abordar conjuntamente la resolución de cuestiones referidas a la producción y la economía de las familias productoras y el afianzamiento de la representatividad del sector como un actor clave del territorio”. [El Teclado]