El 29 de agosto se celebra el Día Nacional del Árbol, protagonista irremplazable para la vida en la tierra. Para conmemorar esta fecha y con el objetivo de concientizar sobre la problemática forestal que atraviesa nuestro país y el planeta en general, la Secretaría de Ambiente y Conservación de Recursos Naturales de la Universidad Nacional de La Plata, a través de la Dirección de Gestión Sustentable, inaugura el programa “Un árbol por graduado/a”.
La Doctora Nora Gómez, Secretaria de Ambiente y Conservación de Recursos Naturales de la UNLP explicó que “los principales ejes de la Secretaría consisten en comprender las problemáticas ambientales desde el paradigma de la complejidad, con énfasis en nuestro territorio, y conocer alternativas de gestión sustentable. Obviamente la deforestación es una de las principales problemáticas, por este motivo hemos decidido comprometernos con esta causa”.
Es reconocido que los bosques albergan una rica biodivnersidad, regulan el clima, purifican el agua, amortiguan las lluvias, contribuye a evitar la erosión de las costas y laderas, reducen la velocidad del viento y la contaminación sonora, entre las múltiples funciones.
El Ingeniero Forestal Gabriel Keil, vicedecano de la Facultad de Ciencias Agrarias y Forestales explicó: “cada árbol, dentro del bosque captura el dióxido de carbono y, junto al agua, producen los hidratos de carbono que forman parte de la estructura de troncos y ramas, durante su vida. Pero además su madera, transformada en muebles, viviendas y múltiples objetos presentes durante toda la vida humana, secuestran el carbono en su estructura durante su vida útil, mitigando las consecuencias ambientales del efecto invernadero”.
Tan importante es el árbol en la vida del planeta que, a finales del siglo XIX, en Suecia se comienza a conmemorar el “Día del árbol”, replicándose unas décadas después en los Estado Unidos de la mano de los inmigrantes.
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En la Argentina, Domingo Faustino Sarmiento, fue el principal impulsor de la actividad forestal, y Estanislao Zeballos, periodista y escritor de la Generación del 80, fue quien promovió la fecha del 29 de agosto, para concientizar sobre el cuidado y la protección de las áreas forestadas desde las políticas públicas. Así, el 29 de agosto de 1900, el Consejo Nacional de Educación instituyó esta fecha especial, que se celebra desde 1901.
El programa “Un árbol por graduado/a” de la UNLP nace a partir de una propuesta elaborada por Consejeros Superiores del claustro estudiantil de la casa de estudios platense, la cual fue presentada y posteriormente aprobada en este órgano de cogobierno.
Este año se plantarán unos 140 ejemplares aproximadamente. La selección del tipo de ejemplar, se realiza en base a las condiciones edafoclimáticas del sitio donde plantará y a la funcionalidad que tendrán los árboles dentro del paisaje.
Su principal objetivo es realizar una plantación simbólica de árboles nativos en diferentes espacios verdes de nuestra Institución, en relación al número de graduados de las carreras de grado de la UNLP, generando una acción que promueva la educación y concientización ambiental en los diferentes actores de la Universidad, como así también de la comunidad en general.
“Este programa funciona bajo la órbita de la Dirección de Gestión Sustentable de la Secretaría de Ambiente y Conservación de Recursos Naturales UNLP, y se articula con la Secretaría de Relaciones Institucionales de la Facultad de Cs. Agrarias y Forestales, dependencia en la cual estamos acondicionando dos invernaderos que permitirán la producción de plantas nativas”, explicó Federico Ducasse. Director de Gestión Sustentable de la UNLP.
Este año se plantarán unos 140 ejemplares aproximadamente. La selección del tipo de ejemplar, se realiza en base a las condiciones edafoclimáticas del sitio donde plantará y a la funcionalidad que tendrán los árboles dentro del paisaje.
Fueron seleccionadas especies nativas de esta zona, como así también de otras regiones fitogeográficas de Argentina.
“El objetivo de esta selección es contribuir a la biodiversidad, mejorando el hábitat para aves e insectos, entre otros, destacando los beneficios que nos brindan a partir de los servicios ecosistémicos: producción de oxígeno y captura de dióxido de carbono, regulación de temperaturas y flujos de agua, prevención de la erosión y conservación del suelo, reducción de los impactos negativos producidos por las actividades antrópicas como el ruido y la contaminación”, remarcó la Doctora Gómez.