El gremialista docente, sin embargo, criticó la iniciativa del Gobierno y aseguró que “ha llegado en un momento inoportuno del país, que pasa por una serie de cuestiones que se magnifican: la gente no está bien, la mayoría de los salarios está por debajo de la línea de pobreza, la mayoría de los jefes de hogar no llegan a fin de mes y no pueden cumplir con las necesidades indispensables, y hay un 70% de los seis millones de jubilados que están por debajo de la línea de pobreza. Plantear una reforma en el medio de todo esto me parece que es no tener presente el sentido de la oportunidad; genera más angustia y conflicto para los trabajadores”.

El secretario general de UDA reconoció que la que pasó fue “una semana muy intensa” para la central obrera, pero endilgó responsabilidades al Parlamento: “La CGT tiene la obligación de participar en esto porque si no con las características de este Gobierno se haría una Reforma Laboral de manera unilateral. La CGT debe tutelar esta discusión, debe meterse. Pero, de todas maneras, esto se va a resolver en el Congreso. Acá la mayor responsabilidad la tienen los senadores y diputados que van a votar, entonces nos parece que ahí hay que observar y prestar atención cómo se va desarrollando este proyecto de ley que presentó el Gobierno. Hay que estar atentos en el Congreso de la Nación más que nada”, subrayó.

En tanto, Sergio Romero reconoció que “la CGT tiene matices”, en referencia a los distintos posicionamientos que se escucharon en la víspera. “En general, institucionalmente, nosotros apoyamos lo que el grupo de dirigentes ha ido a charlar con el Gobierno, pero después hay matices, cada uno tiene una interpretación de esta reforma. Para mí es inoportuna porque no es el momento adecuado para hablar de esto cuando los argentinos estamos esperando de la actual gestión que empiece a resolver decididamente los problemas que tiene la gente en el país”, explicó.

En este sentido, refutó las declaraciones del secretario gremial de la CGT, Pablo Moyano, quien había llamado a rechazar la propuesta gubernamental, con comparaciones al escándalo de coimas conocido como “la Banelco” durante el Gobierno de Fernando de la Rúa: “Yo respeto mucho lo que dice Pablo. Vamos a ver en los próximos días realmente cumple lo que dice. Yo soy respetuoso de las expresiones, porque estamos en democracia y cada uno puede hacerlo, pero vamos a ver si lo que dice se hace realidad”, objetó.

Por otra parte, consultado sobre la negociación paritaria de los docentes de cara al ciclo lectivo 2018, Romero auguró un horizonte de conflicto: “Las perspectivas no son buenas. En Argentina el salario inicial docente está por debajo de la línea de pobreza y el Gobierno premia a los que no debe premiar. El ministro Alejandro Finocchiaro se fue de la provincia dejando a docentes por debajo de la línea de pobreza y el Presidente lo premia con un cargo en Nación. Esperemos que desde esa nueva función nos ayude a los dirigentes a alcanzar un salario digno para los trabajadores de la educación”, reclamó, al tiempo que aseguró que las gestiones de Esteban “Bullrich y Alejandro Finocchiaro son un papel de calcar”.

“El salario inicial de los docentes tiene que estar por encima de la línea de pobreza, debe superar los 15 mil. Cuando se le paga un promedio de $10 mil a los docentes de la Argentina la calidad educativa se hace imposible. Y cuando nos referenciamos con Finlandia se hace mucho más difícil, porque Finlandia es una imagen que nosotros deberíamos lograr, pero estamos muy lejos. Allá un docente gana lo mismo que un juez, por ejemplo. Tiene otros reconocimientos, se lo pone en valor. Acá no, por el contrario, todo lo que no funciona en el sistema educativo nacional se lo culpa a los trabajadores, como si fuera que el Estado no tuviera culpa de lo que pasa. Y cuando el Estado está ausente, los que hacen frente a las deficiencias que tiene el sistema son los educadores. Y acá hay mucha ausencia del Estado en materia educativa, así que la responsabilidad mayor la tiene el Estado”, puntualizó. [El Teclado]