En un acto homenaje, que estuvo encabezado por el presidente de la UNLP, Martín López Armengol, la secretaria de Derechos Humanos y Políticas de Igualdad, Verónica Cruz y el decano de Medicina, Juan Angel Basualdo Farjat, la Universidad Nacional de La Plata entregó 158 legajos reparados de estudiantes, docentes, Nodocentes, graduados y graduadas de la Facultad de Ciencias Médicas que fueron víctimas del terrorismo de Estado.
La entrega se enmarca en el Programa de Reparación de Legajos, coordinado por la secretaría de Derechos Humanos y Políticas de Igualdad de la UNLP.
Para Verónica Cruz, “constituye un deber de nuestra casa de estudios, en consonancia con las políticas de Memoria, Verdad y Justicia, aportar elementos para la reconstrucción de la historia de cada una de las personas que resultaron víctimas del terrorismo de Estado”.
“Esta política de reparación expresa la decisión de conocer y comunicar la verdad de lo sucedido durante la última dictadura. También expresa la necesidad de crear profesionales con memoria y respeto a los derechos humanos”, señaló la secretaria.
“Este acto tiene un profundo valor simbólico para nosotros porque nos permite desandar el proyecto de terror de los genocidas y resaltar la defensa de los derechos humanos. Lamentablemente durante muchos años esta facultad, aún en democracia, mantuvo políticas negacionistas y de persecución”, remarcó Cruz.
Al hacer uso de la palabra el decano de Medicina expresó: “hoy estamos participando de un acto de justicia en sentido histórico simbólico y material, por eso nos sentimos orgullosos de contribuir con la memoria y la construcción de identidad colectiva”.
“La última dictadura cívico militar fue instrumento de una feroz represión y esta facultad no fue ajena; debemos brindar a las nuevas generaciones instrumentos para que no se repita la barbarie genocida”, remarcó.
“El accionar de la dictadura fue muy cruento en la ciudad de la Plata y en nuestra facultad en particular; así como 14 médicos policiales que firmaron certificados de defunción eran docentes de esta facultad, muchos profesionales de la salud ejercieron su trabajo poniendo en riesgo sus vidas”, dijo el decano.
La reparación del legajo implica dejar constancia de la condición de víctimas de terrorismo de estado de aquellas personas que fueron integrantes de Facultad, y es un proceso que parte de la premisa elemental de asumir las responsabilidades estatales e institucionales, y desde allí consolidar un estándar en materia de Memoria, Verdad y Justicia que habilite, a su vez, a consolidar el Nunca Más como un vector imprescindible que atraviese en modo transversal la vida académica de la Facultad de Ciencias Médicas.
Desde la Facultad “hemos instituido una dinámica de trabajo secuenciado, a instancias del diálogo con la comunidad educativa, las personas allegadas y el movimiento de derechos humanos”, explicaron.