Durante la jornada de ayer, la Cámara de Diputados de la provincia de Buenos Aires, convirtió en ley un proyecto, proveniente del Senado, que prohíbe la venta de fuegos artificiales y cohetería que produzcan efecto audible de estruendo o estampido, sensible al oído humano.
La iniciativa establece que sólo podrán manipular los fuegos artificiales las personas habilitadas y con capacitación profesional que estén previamente autorizados, conforme lo establezca la autoridad de aplicación. Además, deberán detallar qué tipo de productos se van a utilizar en el evento y precisar el horario de realización, duración y lugar.
En su artículo 3, el proyecto de ley de Pirotecnia Cero prohíbe la “comercialización, la venta al público mayorista o minorista, la venta ambulante en la vía pública y el uso particular de artificios pirotécnicos y de cohetería de uso recreativo de alto impacto sonoro, cualquiera fuera su característica y naturaleza, como así también los denominados globos aerostáticos de pirotecnia”.
Además, también introduce una regulación para los actos oficiales al prohibir “la adquisición y uso por parte del sector público provincial, de todo artificio pirotécnico o de cohetería, sea de bajo o alto impacto sonoro, en los eventos y/o espectáculos que organice”.
La Ley establece multas de entre cinco y cincuenta haberes mensuales de Agentes de Seguridad (Agrupamiento Comando) de la Policía de la provincia de Buenos Aires para las personas físicas y clausuras de entre cinco a diez días a los comerciantes que vendan “en forma mayorista o minorista” artificios o cohetería. El dinero recaudado irá para campañas de concientización y capacitaciones para el personal de control.
Cabe destacar que la ley excluye de la prohibición a los “artificios de uso práctico” que se emplean en ferrocarriles, en transportes terrestres y aéreos, en sectores agropecuarios o industriales, en la navegación marítima y fluvial, y en las fuerzas de seguridad. También los que se manipulan en casos de localización de personas, sistemas de seguridad, detección de incendios y emergencias, entre otros.
La medida había obtenido media sanción de la Cámara Alta a fines de septiembre, y es de autoría del senador oficialista Eduardo “Bali” Bucca, quien explicó en su momento que “este proyecto apunta a la empatía, pensemos en las personas que tienen hipersensibilidad acústica, estas personas no pueden controlar lo que genera el ruido: genera dolor, lo sienten como electricidad, es una cuestión sensorial que desencadena distintos tipos de comportamientos y en las personas con condiciones de espectro autista, a veces promueve la autolesión”.
Cabe mencionar que la estadística mundial dice que 1 de cada 58 niños es diagnosticado con CEA, y según lo expresado por sus familias, son los niños los que más sufren: se tapan los oídos, tienen crisis de llanto e incluso llegan a autolesionarse. [El Teclado]