Pablo Díaz, sobreviviente de la Noche de los Lápices, terminó la secundaria a los 64 años. Pasados 47 años desde la desaparición de los y las jóvenes que luchaban por el boleto estudiantil en la ciudad de La Plata, Díaz logró rendir la última materia en el marco del programa FiNEs.

“La repercusión fue enorme. Recibí llamados de gente adulta que también quiere terminar la secundaria en base a sus historias personales”, contó en diálogo con Radio Nacional. “En la actividad en la que trabajo tengo  acercamiento con las fábricas, con compañeros que no terminaron la secundaria y hace un tiempo propuse que, de forma virtual, dentro de los lugares de trabajo, tuvieran tiempo para terminar si así lo querían”, recordó.

Y agregó: “En Ensenada empezamos con 12 compañeros que comenzaron a estudiar y, en un momento dado, me preguntaron: 'y vos?”. Me dijeron: 'que se reciban con vos los compañeros desaparecidos'. Entonces consulté con la hermana de uno de los chicos desaparecidos y me dijo “Pablo, que se reciba con vos”.

“Se mezclan las emociones, pero siento que rindieron la última materia conmigo. Se recibieron conmigo”, aseguró, recordando a Claudia Falcone, Francisco López Muntaner, María Clara Ciocchini, Horacio Ungaro, Daniel Racero y Claudio de Acha. 

Díaz completó sus estudios a través del plan de Finalización de Estudios Primarios y Secundarios (FinEs) en las aulas de la escuela Técnica 1 Valentín Vergara, ubicada en 7 y 32.  

En este marco, reveló que, al asistir a clase, “me encontré con un compañero panadero, tres compañeras que limpian casas y un compañero que es barman. Todos con historias muy particulares. El último día lloré muchísimo. Terminé en noviembre y en marzo me dan el analítico”.

Por último, el sobreviviente aseguró: “Me encontré con gente con capacidad de escuchar, de entender. Pero lo importante es que en los lugares de trabajo, siga la posibilidad del FiNEs para dar la posibilidad de darles una hora de conexión con sus tutoras o docentes. Todo sirve”.

ARGENTINA, 1985

Asimismo, se refirió a la repercusión de la película “Argentina, 1985”, y destacó que los films que abordan las historias de los desaparecidos y desaparecidas son fundamentales para generar conciencia en la sociedad.

“Creo en las películas que nos dan la posibilidad de charlar en la sobremesa familiar o en cualquier lugar”, declaró. Y recordó que, cuando se filmó la película de la Noche de los Lápices, 10 años después de lo ocurrido, visitó a Nelva, la madre de María Laura Falcone: “Cuando fui a la casa de Claudia para pedirle filmar en su casa, Nelva me dice “vení Pablo, vamos al cuarto”. Entonces abrió el ropero y me mostró la ropa de Claudia”.

Así, reflexionó: "La desaparición es una cosa terrible para las madres. Porque si no tienen la prueba de la muerte, o del cuerpo, o de donde llevar flores, es la angustia eterna. Es una tortura permanente para los padres.”.

“Hay documentales que quizás son más crudos, más explícitos. Pero también apoyo las películas comerciales, porque la gente las tiene que ir a ver. Yo creo que sirve”, completó.  [El Teclado]