Crimen del colectivero y más: La Matanza, cuál es el contexto de los asesinatos
Por Alejandro Finocchiaro
El ministro Sergio Berni, como buena parte de la burocracia kirchnerista, debe entender que el lugar de un funcionario no está en los medios. Esa hipótesis de los agitadores infiltrados en la manifestación de los conductores de colectivos es tan disparatada que no vale la pena analizarla. Aconsejaría dejar de lado los golpes de efecto. La gente ya descubrió la maniobra y es lo que genera esta desesperación y esta desesperanza. La que provoca saber que están solos, a la intemperie, regalados al delito mientras los responsables de la gestión juegan miserablemente a tirar la responsabilidad de este desastre a otro lado.
En el análisis de toda esta situación desmadrada también en términos de inseguridad, no puede dejar de considerarse el impacto de la pobreza. En el conurbano no fue 39,2% en el segundo semestre del 2022, fue 45%. 45% aún considerando la asistencia del Estado. Imaginemos los niveles que alcanzaría sin esas asignaciones o planes. Algunos observatorios sociales la estiman, en esa condición hipotética, rondando el 60%. Es peor todavía entre los chicos. 7 de cada 10 menores de 15 años son pobres en el gran Buenos Aires.
En el conurbano bonaerense, en esa superficie relativamente pequeña frente a la total del país, vive la mitad de los pobres de toda la Argentina.
Es el territorio donde más impacta la nula construcción de ciudadanía, la falta de educación, el colapso de las estructuras sanitarias, el problema del hábitat, la falta de planificación, las calles liberadas y la informalidad.
Informalidad que no debe ser vista como un fenómeno silvestre sino como el escenario que construyen las mafias -controladas por personeros del poder- para lucrar.
Así es el lugar donde asesinaron a Daniel Barrientos y a todos los demás que no llegan a resonar en los medios de comunicación: pobreza estructural más ausencia del Estado, que se demuestra en la falta de servicios, en la falta de ordenamiento, en la falta de ley. Ningún hecho social puede ser seriamente analizado si no se encuadra en ese contexto.
No es espontáneo. Es el resultado de una “construcción”. Un diseño que, de afuera, podría confundirse con indiferencia, con la desidia, pero esas son las caras visibles. Detrás hay un proyecto político: la supervivencia del populismo que decide crecer sobre esta moderna forma de esclavitud.
*Diputado nacional y ex ministro de Educación