GARRAHAN

La historia de Mateo: tras recibir un transplante, competirá en los Juegos Mundiales

Miercoles, 05 de Abril del 2023 - 17:48 hs.

Mateo tenía siete años cuando le diagnosticaron aplasia medular severa. El trasplante de médula ósea fue la mejor opción terapéutica para su tratamiento. Lo que nadie pensaba era que, además de una nueva oportunidad de vida, sería el inicio de una trayectoria como deportista que ya incluye dos mundiales, tres medallas de oro y lo llevará a competir en los Juegos Mundiales de Trasplantados en Australia.

Dos años después de su diagnóstico recibió el trasplante. Mateo, que actualmente tiene 17 años, no recuerda cómo eran aquellos días de quirófano, estudios y salas de internación, pero su papá sí, y cuenta que el propio niño pidió conocer el lugar donde luego pasaría 30 días internado, y que su otro hijo, Juan, fue quien donó la médula ósea que cambió la vida de su hermano.

“El trasplante de médula ósea es, en muchos casos, el único tratamiento para pacientes con enfermedades hematológicas, errores metabólicos o déficits inmunológicos, entre otras”, explicó Raquel Staciuk, jefa del servicio de Trasplante de Médula Ósea del Garrahan. En el procedimiento se infunden células madre sanas para que la o el paciente vuelva a producir células sanguíneas propias, proceso que tarda dos o tres meses. “Donás vida en vida”, sintetizó la profesional.

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Mateo hace deportes desde su niñez, su enfermedad fue solo una pausa: “Siempre supe que iba a volver a hacer deporte. Y hay que animarse, porque después del trasplante se puede. Tuve la suerte de que en el Hospital Garrahan me brindaron todo para salir adelante y el equipo de salud hizo todo lo que tenía a su alcance para ayudarme”, expresó.

Tal como lo esperaba, luego del trasplante y la recuperación, empezó a hacer ejercicios físicos. Como es habitual en estos casos, recibió la ayuda de Ezequiel Correas Espeche y Carlos Lirio, creadores del Programa de Actividad Física para Niñxs y Adolescentes con Garra (PAFINAGA) que acompaña a pacientes trasplantados en la práctica deportiva.

La actividad física cumple una función terapéutica en las y los pacientes. En la adolescencia, la adherencia al tratamiento es baja y aún más en chicxs trasplantadxs. Por eso, el deporte se convierte en una herramienta que los ayuda a mantener la constancia en los cuidados y a revincularse socialmente, en estos casos con pares que pasaron por situaciones similares.

Los deportes favoritos de Mateo siempre fueron el fútbol y el rugby, actividad que practica en el club San Cirano. Pero lo que lo posicionó como gran competidor fue la natación, disciplina con la que ganó tres medallas de oro en el Campeonato Mundial de Atletas Trasplantados disputado en Inglaterra 2019 y por la que viajará a Perth, Australia, en los próximos días.


Además del proceso terapéutico sostenido desde el Garrahan, Mateo podrá viajar gracias al apoyo de la Secretaría de Deportes, la Fundación Pediátrica Argentina y UPCN. La edición número 24 del Campeonato será en Perth, Australia, entre el 15 y el 21 de abril. El objetivo del evento es promover la donación de órganos, tejidos y sangre. Participan alrededor de 3500 competidores de más de 50 países en 14 disciplinas deportivas.

Mañana se celebra el Día Mundial de la Actividad Física, una fecha pensada para promover el deporte como un aspecto integral del tratamiento de salud. “A todos los chicos que estén pasando por una situación similar les recomiendo hacer deporte. A mí me ayudó mucho para la salud física y la salud mental”, reconoció Mateo.

JULIÁN GÓMEZ, EX PACIENTE DEL GÁRRAHAN, TAMBIÉN COMPETIRÁ EN AUSTRALIA

Tiene 23 años, fue trasplantado renal en 2010 en el Garrahan y destaca el acompañamiento del Hospital durante todo su tratamiento: “Desde el primer día me mantuvieron al tanto de cada detalle de la enfermedad, qué medicamentos tenía que tomar y cómo cuidarme. Estuvieron siempre a disposición”, dijo.

El Garrahan, además, fue facilitador para que continúe el tratamiento en Santa Fe, su provincia de origen: “Permanecieron comunicados mientras hacía la transferencia a un hospital de adultos. Además, a través de PAFINAGA, me consiguieron un entrenador y empecé a competir”, contó.

“Trabajo, estudio y tengo una vida sana. Y el deporte para mí significa mucho. Hizo que no me sienta distinto a otras personas, podía hacer lo mismo que otros chicos. Me ayudó a distraerme y estar más pendiente de las competencias que de los resultados de los estudios”, cerró.