La Facultad de Ciencias Naturales y Museo de la Universidad Nacional de La Plata organizó un acto de homenaje y entrega de 60 legajos reparados de estudiantes que fueron asesinados y desaparecidos durante la última dictadura cívico militar.
La jornada se desarrolló el viernes por la mañana en las escalinatas de la Facultad y en los legados entregados se dejó constancia de que la causa por la que estos alumnos y alumnas nunca más asistieron a las aulas fue su condición de víctimas del terrorismo de Estado.
“Este tipo de reparaciones son fundamentales no solamente para las militantes o familiares, sino para toda la sociedad que sufrió y sigue sufriendo las consecuencias de la dictadura genocida”, aseguró en diálogo con Radio Provincia Verónica Bogliano, directora de Querellas en juicios por Crímenes de Lesa Humanidad de la subsecretaria de DDHH de la Provincia e integrante de H.I.J.O.S La Plata.
Y profundizó: “Reparar los legajos forma parte de la construcción de las banderas Memoria, Verdad y Justicia y da la posibilidad de que cada familiar pueda tener un dato más”. Es que, según contó, “muchas veces, por la situación en la que fueron secuestradas las personas, a los familiares no les quedó nada, porque saquearon las casas y se llevaron documentos”.
“Cuando se reparan los legajos nos encontramos con una foto, una firma, una letra. Esas cosas que nos devuelven un poquito de esas personas: sus sueños, sus esperanzas y su búsqueda de un país más justo”, analizó.
Bogliano es hija de María Susana Leiva y Adrián Bogliano, secuestrados el 12 de agosto de 1977 de su casa de la localidad platense de Villa Elisa. En esta ocasión, asistió al acto en la facultad de Museo para buscar el legajo de su tío Jorge Bogliano, un militante de Montoneros que también fue desaparecido por la dictadura.
Para la militante de H.I.J.O.S, “la reparación de legajos forma parte de una reconstrucción. Nos encontramos con las asistencias, las materias que rindieron. Surgen nuevos recuerdos para recrear la historia de cada uno de los desaparecidos”.
“Cuando se pone una baldosa, cuando se hace un acto, seguimos construyendo. Todos los estudiantes que son jóvenes y no saben lo que pasó, se ven interpelados. Ven que no son solo nombres, son personas con una historia”, concluyó. [El Teclado]