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  Especiales   23.07.2023 - 12:01   
CIENCIA Y SALUD
Cánceres ginecológicos: estudian un biofármaco que podría eliminar células tumorales
La terapia podría ser eficaz para el de ovario, útero y cuello uterino. Si bien la investigación es prometedora, aún se encuentra en ensayos preclínicos.
Cánceres ginecológicos: estudian un biofármaco que podría eliminar células tumorales
María Verónica López y Osvaldo Podhajcer [Foto: Fundación Instituto Leloir]

Por Luciana Mazzini Puga, de la Agencia de Noticias Científicas de la Universidad de Quilmes.- Científicos de la Fundación Instituto Leloir trabajan con un tipo de virus modificado genéticamente que ataca y elimina las células tumorales de pacientes con cánceres avanzados de ovario, útero y cuello de útero. La investigación, publicada de manera reciente en International Journal of Molecular Sciences, fue liderada por María Verónica López y Osvaldo Podhajcer, investigadora y director del Laboratorio de Terapia Molecular y Celular de la Fundación Instituto Leloir, junto con otros investigadores.

El equipo demostró que un adenovirus (uno de los virus que causa el resfrío común) denominado AR2011, que fue modificado genéticamente, ataca y elimina células tumorales. En diálogo con la Agencia de Noticias Científicas de la UNQ, Osvaldo Podhajcer cuenta: “Para generar este virus modificado, aislamos su genoma y cambiamos sus genes por otros terapéuticos. De modo tal que mantiene su capacidad infectiva pero ataca únicamente las células tumorales, y no las sanas”.

Además, los científicos le agregaron genes que estimulan la respuesta inmunológica contra el tumor. “El virus ataca el tumor y, al mismo tiempo, funciona como vacuna al estimular al sistema inmune“, detalla. Al atacar, el virus fuerza a las células a producir proteínas que estimulen la respuesta inmunológica para afrontar tumores que no haya logrado afectar previamente.

Durante 2020, 604.127 personas de todo el mundo fueron diagnosticadas con cáncer de cuello uterino.

Actualmente existen pocos virus oncolíticos (aquellos destinados a destruir células cancerosas) aprobados por entidades regulatorias; un ejemplo, en esta línea, lo constituye T-VEC, que se aplica para el cáncer de piel más agresivo, el melanoma. La administración de los mismos puede ser de forma directa en el tumor o vía endovenosa. El científico explica que “si el cáncer de ovario se extendió, por ejemplo, a la cavidad peritoneal, aspiramos a darlo directamente en el peritoneo. Ahora, si es un tumor diseminado en diferentes partes del organismo, la administración sería vía endovenosa”.

El objetivo es hacer ensayos clínicos en personas y, si tienen éxito, lograr la producción del medicamento a gran escala para complementar las terapias actuales, como la quimioterapia.

CIFRAS QUE ALARMAN

Según los últimos números de la Agencia Internacional para la Investigación del Cáncer (IARC, por sus siglas en inglés), dependiente de la Organización Mundial de la Salud, durante 2020, 604.127 personas de todo el mundo fueron diagnosticadas con cáncer de cuello uterino. Asimismo, a 417.367 se les detectó cáncer en el cuerpo uterino, es decir, la parte más amplia del útero y de su parte superior se abren las Trompas de Falopio. En Argentina, 4.583 personas fueron detectadas con cáncer cervicouterino, 2.455 con cáncer en el cuerpo uterino y 2.199 en los ovarios.




La investigación del Laboratorio, que se enmarca bajo estos números y ante la necesidad de mejorar los tratamientos de aquellas pacientes con cáncer ya detectado, había iniciado varios años antes de la pandemia y en 2020 los experimentos ya estaban listos. Sin embargo, se vio interrumpido cuando ese año el equipo científico dedicó sus esfuerzos en la búsqueda y creación de una vacuna contra el Covid-19. Así, en los últimos meses retomaron los estudios, recolectaron la información de todos los experimentos y redactaron el artículo.

Del aporte, también participaron los doctores Eduardo Cafferata del Instituto Leloir, Nicasio Cúneo del Hospital Municipal de Oncología “Marie Curie” y distintos becarios. Además, fue apoyado por la Agencia Nacional de Promoción de la Investigación, el Desarrollo Tecnológico y la Innovación del Ministerio de Ciencia y Tecnología de la Nación, el CONICET, el Instituto Nacional del Cáncer, la Fundación Bunge y Born y la Organización Amigos del Instituto Leloir para la Investigación en Cáncer (AFULIC) de Río Cuarto, Córdoba. [Fuente: UNQ]




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