El Concejo Deliberante de Coronel Rosales aprobó a fines de agosto una ordenanza en la que se impuso el nombre del Capitán de Fragata Pedro Eugenio Giachino a uno de los pasajes del Parque San Martin de la ciudad de Punta Alta. El personaje se conoce por ser el primer muerto en combate en Malvinas pero en su trayectoria como hombre de la armada, según consta en diversos archivos, fue parte de acciones en la llamada “lucha antisubversiva”, una pieza en el engranaje del terrorismo de estado en el país.
“El pueblo de Coronel Rosales no puede honrar a una persona que cometió crímenes aberrantes y quedaron impunes sólo por el fallecimiento del victimario. Por otro lado, colocar nombres de calles o monumentos de personas que cometieron crímenes de lesa humanidad contradicen las bases estructurales sobre las que se construyó nuestra democracia”, señalaron desde la Comisión Provincial por la Memoria en una carta al cuerpo legislativo y al intendente local, Mariano Uset. En esas presentaciones el organismo solicitó al cuerpo deliberativo que se derogue la ordenanza, o en su defecto que sea rechazada por el poder ejecutivo.
El Movimiento por la Memoria, la Verdad y la Justicia de Punta Alta (MoVeJuPA), el primer espacio creado en torno a una agenda de derechos humanos en la región en el año 2010, tenía otros planes para nombrar ese espacio y propuso que lleve el nombre de una mujer puntaltense, Mafalda Corinaldesi, secuestrada y desaparecida en noviembre de 1976 en la ciudad de Buenos Aires cuando buscaba información sobre su hijo.
“Movejupa funciona en un rincón del ingreso al concejo desde el 24 de marzo del 2011. Desde ese momento fuimos investigando y colocando retratos de las víctimas del terrorismo de estado en Punta Alta en este espacio. Una de esas imágenes es la de Mafalda, desaparecida en Buenos Aires mientras buscaba a su hijo, y era un proyecto que ya teníamos el de pedir que se nombrara así ese pasaje. Además la familia de Mafalda es una familia muy querida en la comunidad”, señala Stella Maris Barraza, titular de MoVeJuPA.
“Las sesiones del concejo son grabadas y al hacerse público alguien nos compartió el tema en nuestro grupo de whatsapp. La comunidad acá no reacciona ante estas cosas porque hay una naturalización en torno a las cuestiones de la base naval y cierta ignorancia o negación a querer saber y a aceptar las consecuencias de la dictadura, sobre todo en la población más vinculada a las familias militares”, cuenta Stella. Desde MoVeJuPA difundieron su repudio.
“También se dieron muchas agresiones al grupo cuando se publicó en los medios el repudio que habíamos subido a nuestras redes, muchos insultos de un sector que piensa que Giachino es un héroe y no hay que ensuciarlo”. En Punta Alta ya se hicieron homenajes a Giachino en la última vivienda que habitó por la base naval, y se colocaron placas, nosotros también repudiamos esa reivindicación.
“Es menester que los nombres que sean impuestos sean de personalidades que han dejado una huella a imitar por las generaciones venideras. Deben ser personas faros o guías que iluminen el porvenir y además deben contar con el beneplácito de la mayoría de la comunidad, para que formen parte de su identidad”, consideraron desde la CPM. En la carta presentada ante las autoridades el organismo consignó los testimonios en los que sobrevivientes lo identificaron como parte de quienes integraban los grupos de tareas y torturaban en el centro clandestino que funcionó en la Base Naval Marplatense en la ex ESMA.