Según el último informe del Observatorio de la Deuda Externa de la Universidad Metropolitana para la Educación y el Trabajo (ODE-UMET), las emisiones de deuda en moneda local y extranjera totalizaron 121.588 millones de dólares durante los dos últimos años. De ese total, sólo el Tesoro Nacional emitió 98.185 millones de dólares.
A su vez, del conjunto de la deuda emitida durante la administración actual, 85.167 millones fueron títulos en dólares en poder de acreedores externos. Cuando a esos 85.167 millones se suman los 10.862 millones de dólares que llegaron como inversiones de portafolio para aprovechar la amplia y bien señalizada bicisenda financiera, la cifra global asciende hasta los 96.029 millones de dólares. El informe estimó que 84 de cada 100 dólares fueron destinados para abastecer la fuga de capitales, financiar la remisión de utilizadas y dividendos de las firmas extranjeras, cubrir la demanda de dólares para turismo y cancelar los vencimientos de deuda.
De esta manera, el noveno estudio de la ODE- UMET explica: “El financiamiento externo no fue destinado a inducir cambios sobre la estructura productiva que permitan una mayor generación de divisas a través de la economía real, sino a financiar la fiesta que genera la enorme bicicleta financiera creada por el gobierno nacional. El modelo así presentado no resulta sostenible en el tiempo”.
“Durante 2017 la deuda externa fue el respirador artificial del modelo. Argentina consolidó una posición de fuerte tomador de fondos externos y apareció el déficit comercial que es con la fuga de capitales el agujero negro del proyecto de Cambienos”, afirmó a Página 12 el rector de la UMET, Nicolás Trotta.
“La fuga de capitales alimentada por la política económica vuelven inviable el funcionamiento de la economía en el mediano plazo. Pero resulta muy serio el emergente de un déficit comercial externo que con crudeza hacen que este modelo no tenga ninguna sustentabilidad y permite afirmar la enorme fragilidad que exhibe”, indicó el director ODE, Arnaldo Bocco.
De acuerdo al informe que será distribuido esta semana, entre diciembre de 2015 y noviembre de 2017 (el último registro disponible para el balance cambiario del BCRA) se registraron egresos de divisas en el sector real -importaciones, utilidades y dividendos, turismo e intereses- por 26.824 millones de dólares mientras que la salida por el frente financiero -formación de activos externos o atesoramiento- alcanzó los 51.735 millones de dólares que suman 78.559 millones de dólares. Pero como los últimos datos disponibles para el Balance Cambiario del BCRA corresponden a noviembre del año pasado las cifras representan un piso para las salidas de divisas.
“Este modelo deja a la Argentina en una situación de extrema vulnerabilidad ante un revés en las condiciones de financiamiento en los mercados internacionales”, indica el informe al concluir que “un desajuste que afecte el sector externo tendrá inevitablemente un impacto en el tipo de cambio y, dada la estructura económica y distributiva diseñada por la gestión actual, terminará impactando de manera más severa sobre los sectores populares, quienes han sido los únicos afectados por las medidas del gobierno de Cambiemos”. [El Teclado]