Simón, el paciente de 15 años oriundo de Roque Pérez que fue operado despierto para extirparle un tumor cerebral, contó cómo fue la experiencia de despertar en medio del quirófano del Hospital Dubarry de Mercedes.
“Quiero contarles un poco cómo fue mi experiencia. Primero me hicieron hablar con varios de los médicos, con los cirujanos, con los psicólogos y todo para estar más tranquilo. Conociendo ya donde iba a estar, el quirófano, a la gente que me iba a operar y lo que me iba a encontrar ahí adentro”, detalló el joven en un video publicado en las redes de la Dirección Provincial de Hospitales
Y agregó: “Uno se levanta con la tranquilidad de conocer a la gente que está. Es un espectáculo los médicos que hay y con la anestesia no se siente nada. Es como estar charlando con el psicólogo mientras tenés gente atrás pero no te das cuenta. Es como tomarse unos mates”, bromeó Simón.
Al adolescente que protagonizó la primera operación de este tipo le habían diagnosticaron un tumor en el hemisferio izquierdo del cerebro. Para realizar la resección o extirpación del tumor, el equipo de salud debió realizar, en primer lugar, una craneotomía, es decir, abrir el cráneo y la duramadre, que es la capa exterior de tejido que protege al cerebro.
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¡Grande Simón! ???????? pic.twitter.com/mrnEI9MCKy
El neurocirujano Juan Marelli, a cargo de la intervención, junto con un equipo interdisciplinario, explicó que este tipo de operación no es para todo el mundo: “El procedimiento es complejo y requiere de una evaluación psicológica previa y una preparación del o la paciente que consiste en que conozca a todos los miembros del equipo y el paso a paso de la cirugía que, en este caso, duró cuatro horas y media, por lo tanto, la persona no tiene que ser muy ansiosa y debe estar mentalmente preparado para afrontar esta operación”.
Para esa primera fase de la cirugía sí se anestesió completamente al paciente. Pero luego fue necesario despertarlo ¿Por qué? “Porque nosotros necesitamos verificar que la resección del tumor no va a perjudicar ninguna de las funciones del hemisferio izquierdo del cerebro y, para eso, precisamos estimular con electrodos (pequeñas descargas eléctricas) toda la zona de resección y estar en diálogo con la persona para monitorear las funciones cerebrales”, detalló Marelli.
“Al despertarlo, después de la apertura del cráneo, lo primero que se le pregunta al paciente es si se siente cómodo y si no siente dolor, esto es fundamental para continuar”, precisó Marelli. En este primer caso, participó el especialista en neurofisiología, Darío Savini, quien tuvo a cargo la preparación pre-quirúrgica y el monitoreo intraoperatorio del lenguaje, que incluye el habla y la comprensión. Por otra parte, se monitoreó la visión y la sensibilidad.
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Luego, con una serie de preguntas y test psicológicos (que incluyen el conteo numérico, los días de la semana, los meses y otras preguntas clave), el paciente dio al equipo de salud la información necesaria para que pudiera evaluar si era posible efectuar la resección del tumor sin riesgo de secuelas.
“Afortunadamente salió todo muy bien, reseccionamos todo el tumor, y ayudó mucho que el paciente sea un chico muy tranquilo, que se preparó mucho y al momento del procedimiento se comportó como un verdadero estoico: respondió todas las preguntas perfectamente y se mantuvo sereno durante toda la cirugía”, concluyó el neurocirujano; y agradeció el apoyo de los directores del hospital Dubarry de Mercedes, los médicos Walter Crema y Guido Antonelli, y de la Dirección Provincial de Hospitales del ministerio de Salud bonaerense, a cargo de Juan Riera.
Del procedimiento en el quirófano, además de los especialistas Juan Marelli y Darío Savini, participaron la anestesióloga Marina Siri, el médico Mariano Teyssadier, la médica Julia Lembo, la instrumentadora Rebeca Scorzo y la licenciada en Enfermería Pamela Granussi.