Según un reciente informe de Femicidios y Trans-Travesticidios del Observatorio de Mumala “Mujeres, Disidencias, Derechos”, los números no están nada bien. Por caso, se registraron en nuestro país entre el 1 de enero y el 28 de febrero unos 53 femicidios, o sea un femicidio cada 27 horas.
Además, se reportaron 92 intentos de estos asesinatos por odio de género, lo que evidencia la situación de emergencia y urgencia que enfrentan las mujeres y disidencias en Argentina.
"En un año en el que se proclaman emergencias de todo tipo, las mujeres y lgbtiq+ no reciben la atención ni la sensibilidad del Estado, por el contrario, vemos como este gobierno desmantela ministerios, des - jerarquiza políticas públicas, congela o cierra programas como el Acompañar y precariza la atención de la línea 144 de asesoramiento para mujeres y disidencias en situación de violencia", señala el informe.
Y destaca a su vez que "mientras la violencia por motivos de género cobra vidas a diario, Milei parece empeñado en socavar los derechos y conquistas construidos para abordar la problemática".
Victoria Aguirre, vocera nacional de Mumala afirma: “hemos alertado que las crisis sociales y económicas influyen en la expresión de las violencias. Estamos en peligro, al igual que las personas adultas mayores y las infancias. Repudiamos las medidas que empobrecen el abordaje de las violencias machistas, su resultado será la multiplicación de las mismas”.
Cabe destacar que en la provincia de Buenos Aires ya se contabilizan 14 femicidios y 49 intentos, la desfinanciación de programas nacionales, más el aliento al odio de género y diversidad sexual, multiplicarán las violencias machistas. Asimismo, crece la pobreza consecuencia de las políticas económicas nacionales que incluyen el congelamiento o eliminación de la asistencia social.
Maia Luna, referenta de Libres del Sur en La Plata dijo que: “En el Gran la Plata se estiman alrededor de 500 comedores populares, que hoy no cuentan con ningún tipo de ayuda de parte del Ministerio de Capital Humano, lo que recrudece aún más la realidad de miles de compañeras que son las que cargan una doble jornada y trabajo no reconocido, tareas de cuidado y de estirar el presupuesto en los hogares”.