Cada año, miles de turistas extranjeros y extranjeras llegan a la provincia de Buenos Aires, ansiosos por sumergirse en la riqueza de su paisaje y cultura. Se trata de verdaderos exploradores intrépidos que buscan "salir de su cotidiano" y eligen una experiencia turística de inmersión auténtica: se alojan en casas de familias o pequeñas posadas. Deciden escribir la verdadera aventura al vivir el día a día con la comunidad local, compartiendo jergas populares, relatos, costumbres y una gastronomía bien pampeana.
En La Plata, capital de la provincia de Buenos Aires, las diagonales son testigos de una planificación urbana única diseñada por masones, que enamora a quienes la visitan.
“Vivir en esta ciudad fue fascinante, especialmente por su estructura urbanística planificada y aunque estaba organizada de manera estructurada, admito que perderme ocasionalmente entre las diagonales fue parte de mi aventura”, relató Eduardo Silva, oriundo de Brasil.
Por su parte, Jesús Matumay de Perú afirmó que le fascinaron las diagonales “no conozco otro lugar con ese diseño”.
Con su estatus de ciudad universitaria, La Plata es cuna de una cultura estudiantil vibrante que se cruza con el aroma de los tilos y el violeta de los jacarandás. “Durante mi estadía participé en varios talleres de la Facultad de Ciencias Jurídicas de la Universidad Nacional de la Plata, que es un edificio hermosísimo, y para mí como abogada fueron sumamente enriquecedores”, aseguró Claudia Martinez, de Guatemala.
En este sentido, Vanesa Villegas de Venezuela agregó: “las facultades me parecieron algo muy bonito porque me encantaba que parte de ellas estén ubicadas en el bosque en medio del verde. Lo bueno era que se podía acceder a ellas y estudiar con la computadora, esas cosas quedaron en mi corazón”.
“El bosque es un espacio increíble que tiene el Museo de Ciencias Naturales con piezas muy interesantes y el planetario que es un lujo. También los dos espacios dedicados al fútbol que llamó más mi atención”, expresó Matumay.
Las numerosas plazas invitan a disfrutar de tardes de mates, charlas y deportes mientras que el rock nacional resuena en las calles, creando una atmósfera muy singular.
”Como buena melómana, el hecho de que grandes bandas de la escena del rock argentino como Virus, sean originarias de La Plata, le suma aún más importancia a esta ciudad”, enfatizó Martínez.
La hospitalidad y amistad de los y las platenses se manifiesta en todo su esplendor, Jesús Mora de México lo contó así: “se me hacía muy cómodo compartir con la gente del lugar porque se portaron muy bien conmigo al haberme ayudado cuando recién llegué y estaba bastante perdido. Solo platiqué, me compartieron internet y me dieron un aventón gratis hasta mi alojamiento. Esa fue una excelente experiencia”.
Eduardo, a su vez, destacó la pasión por la gastronomía. “Mi experiencia en La Plata no estaría completa sin mencionar el asado, una deliciosa tradición que tuve el placer de compartir con mi amable familia local. Su hospitalidad acogedora hizo que toda la estancia fuera muy placentera. Me sentí como en casa, disfrutando no solo de la exquisita comida, sino también de la conexión genuina con las personas y de sumergirme en la autenticidad de las costumbres locales”.
Pero los desayunos… “Gracias a mi intercambio guardo con tanto cariño los días que fui platense. Anhelo regresar para poder encontrarme al levantarme el café con facturas ó medias lunas e irme a leer a la Plaza Moreno y subir a la torre de la Catedral. Definitivamente, una no vuelve igual luego de un viaje a la Argentina”, concluyó Claudia.
Por las calles de tierra con construcciones añejas restauradas, en el Pueblo Turístico La Paz Chica y la localidad de Carlos Beguerie, ubicadas en Roque Pérez, se escuchan diferentes acentos. Son los mochileros y estudiantes de intercambio que se acercaron a conocer la autenticidad de lo local.
En 2017, Barbara Coronel llegó desde México para vivenciar la fiesta popular conocida como Noche de los Almacenes: “Fue la celebración más inmersiva sobre la cultura Argentina que disfruté durante mi estadía, exactamente la experiencia que quería vivir antes de volver a mi país”.
Junto con su grupo de intercambio recorrieron los edificios históricos y visitaron el Cine Club Colón, una parada imprescindible. “Guardo el recuerdo de una momento especial rodeada de buenos amigos, música, baile y por supuesto asado y empanadas. Ahora cada vez que coincido con argentinos o me preguntan acerca de mi experiencia, siempre hablo de esa gran noche”.
En su primer día en suelo bonaerense, Camilo Cepeda de Colombia conoció a un dúo de licenciados en Turismo que organizaban una salida a este evento. Lo invitaron a la travesía y aceptó con gusto y quedó fascinado. “Lo que más me gustó fue la compañía, los brazos abiertos y la apertura del carácter bonaerense y experiencia del bus con turistas locales. Charlar con distintas generaciones porque se expresaban con una apertura total en ese viaje al tomar mates. Cuando el argentino se hace querer, son los más buenos del mundo”.
El folklore de estos pueblos lo atrapó con su cultura gaucha. “La provincia de Buenos Aires tiene mucho que ofrecer, en ese pueblo sentí el aire puro, liviano y la tranquilidad, eso me pareció muy chevere. Tengo una linda memoria con su gente y les agradezco por haberse aparecido en mi camino”, valoró.
Historias de viajeras y viajeros que se abrieron a conocer la riqueza natural y cultural en los destinos turísticos bonaerenses. Experiencias de estudiantes y mochileros extranjeros que vivenciaron una relación directa con la comunidad local y se llevaron recuerdos memorables del sentir identitario en la provincia de Buenos Aires para compartir con familiares y amigos.