Como es lógico, el inicio de las clases la primer semana de marzo de cada año es un compromiso indelegable del Poder Ejecutivo provincial, cuyas autoridades lo asumen necesariamente a la par de la responsabilidad de conducir los destinos de los bonaerenses.
Esto fue así siempre, no es cosa nueva ni caída del cielo.
Y aunque algunos funcionarios del Gobierno de Vidal se hagan los distraídos, todos quiénes tenemos responsabilidades políticas sabemos perfectamente que la función pública se ejerce sin beneficio de inventario: los desafíos de gestión se resuelven, no se esquivan, ni se especula con ellos.
Mucho menos si hablamos de un asunto tan importante como el comienzo del ciclo lectivo, que implica la educación de los chicos, la organización de los hogares, y el trabajo de los docentes de la Provincia de Buenos Aires.
Sin embargo, por segundo año consecutivo, la gobernadora María Eugenia Vidal decidió priorizar las especulaciones políticas dictadas por Durán Barba, dificultando hasta el límite el inicio de las negociaciones paritarias para luego realizar una oferta inaceptable, buscando así algún tipo de rédito político.
Esta especulación nos parece lamentable.
Por eso desde nuestro bloque de Unidad Ciudadana-Fpv venimos advirtiendo que las conversaciones con los gremios debían haber comenzado hace varias semanas, para permitir el entendimiento entre las partes y cumplir así con los vecinos de la Provincia que esperan y necesitan que las clases empiecen normalmente.
Señora gobernadora María Eugenia Vidal, tenemos que advertirle que se equivoca si su objetivo es llevar a los docentes al paro, ofreciendo un aumento salarial de hambre. Por ello no podemos sino hacerla totalmente responsable por el desenlace de un conflicto que usted debiera haber evitado.
(*) Teresa García es presidenta del Bloque de Senadores de Unidad Ciudadana-FpV en la Provincia de Buenos Aires.