Una insólita crisis de desató en la localidad de Hilario Ascasubi, ubicada en el partido de Villarino, en el Sur de la provincia de Buenos Aires, que cuenta con unos 5 mil habitantes.
El lugar, que lleva el nombre de un poeta gauchesco del siglo XIX, el nombre de una localidad de unos 5 mil habitantes, sufre de una superpoblación inédita de loros barranqueros.
Los habitantes de Ascasubi aseguran que no dejan hablar por teléfono por el ruido molesto que emiten, además de la cantidad enorme de excremento que dejan por las calles.
Además, sostienen que la invasión afecta a la producción agropecuaria y a la red de tendido eléctrico e internet, por la cantidad de aves en los cables a los que hacen colapsar.
Para intentar una solución se inició una campaña de “espanto”, consistente en generar todo lo que pueda ahuyentar a las aves.
Así, los vecinos debían salir a hacer ruido golpeando las columnas de alumbrado público, mientras que los párrocos hacían sonar las campanas de las capillas.
Como parte de la guerra contra los loros, el municipio instaló luces láser, aunque ninguna de estas opciones resultó ser 100% efectiva.
Como último recurso se invitó a participar de una marcha contra los loros, con la idea de visibilizar el problema y que las autoridades tomen cartas en el asunto.
La situación se agravó luego de que se detectaran los primeros dos casos de psitacosis, uno de ellos mortal, registrados en el pueblo. [El Teclado]