Gran Hermano sin Furia: ¿por qué la violencia predomina en la casa más famosa?
Por Luciana Mazzini Puga, de la Agencia de Noticias Científicas UNQ.
Tras ganarle a varios participantes y ser el centro de críticas por sus actos de violencia, Juliana “Furia” Scaglione, la jugadora más destacada de esta edición de Gran Hermano, quedó eliminada. Desde el primer día se posicionó como la persona más fría, calculadora y estratega del certamen a partir de su carácter, su vestimenta, su pelo pero, principalmente, por el nivel de violencia con el que jugó contra el resto de sus compañeros. Hasta ayer fue la favorita pero la audiencia le dio la espalda. ¿Hasta qué punto se soporta la agresividad en la televisión argentina?
La violencia física y verbal con la que se manejó Scaglione durante su estadía fue lo que la enalteció y luego desterró de la casa más famosa. Para este medio, Malena Torres, alumna de la Licenciatura en Comunicación Social de la UNQ que investiga cómo son las audiencias de este programa, explicaba: “La gente que mira los realitys busca identificarse. Furia tiene mucho éxito porque es un personaje que encarna la violencia que viven las personas día a día. Estamos rodeados de malas noticias, como la suba de precios de los alimentos, las fake news o el presidente que un día insulta a uno y otro día a otro. Todo eso genera violencia y la gente se expresa a través de lo que ve”.
La escalada de agresiones que se vio durante estos meses al interior de la casa, se replicó ayer en el exterior de los estudios de Telefé. Parte de la “furioneta” (como se llama el fandom a sí mismo) reaccionó con gritos, piedrazos y protestas hacia el canal, algo que no debería sorprender si se tiene en cuenta la manera de manejarse que tiene la persona que admiran. De hecho, la exparticipante Virginia Demo había afirmado previamente en Telefé que la audiencia elegía a Furia “porque la sociedad está arruinada y por eso la siguen. La sociedad está rota, esto es un reflejo de la sociedad. Si gana es porque la sociedad está rota”.
Ahora bien, si gran parte de la audiencia apoyaba las agresiones (sostenidas también por una producción que apenas ponía sanciones) durante todo este tiempo, eso se vio revertido con la eliminación de la jugadora, que obtuvo más del sesenta por ciento de los votos negativos. Entonces, ¿cuánto de cierto tiene lo que planteaba Demo? ¿La sociedad está rota y lo refleja en un programa televisivo?
La televisión es solo una representación: se decide qué mostrar y qué no según intereses e ideologías; en otras palabras, es un recorte. Por más que las audiencias puedan ver las 24 horas del día lo que hacen ciertos jugadores dentro de una casa, no dejan de existir decisiones editoriales de quiénes son los que están allí adentro, hasta cuándo se sostienen y por qué.
No obstante, más allá de si es un reflejo o una editorialización de Telefé, el resultado de la última gala de eliminación da cuenta que parte de la audiencia cambió de opinión y optó por un juego más sano o, al menos, no desea ver tan expuesta la violencia que lleva dentro. Los límites de lo que se puede hacer/decir y lo que no se corrieron hace tiempo y se sigue avanzando en esa dirección. Algo que se ve, por ejemplo, en los discursos de odio (y su consecuente accionar) del presidente, de la ministra de seguridad o mismo de la jugadora que acaba de ser eliminada.
Lo que resta saber es qué rol tendrá Furia ahora. Probablemente, desfile por los programas de televisión, streaming y en redes sociales, pero ¿continuará la violencia verbal y física en el piso de Telefé o se le pondrá un freno? ¿El fandom continuará replicando esas agresiones? ¿Pasará a la historia del certamen o terminará siendo una jugadora más?