CIENCIA ARGENTINA

A la pelotita: demuestran que las olas de calor afectan la fertilidad masculina

Sábado, 03 de Agosto del 2024 - 15:47 hs.

Por Lucía Mazzina Puga, para la Agencia de Noticias Científicas de la UNQ.-

Científicos y científicas del Instituto de Biología y Medicina Experimental del Conicet demostraron que las olas de calor afectan la fertilidad masculina. Según informa el estudio publicado en la Revista Science of the Total Environment, el semen de hombres expuestos a altas temperaturas presenta un menor número de espermatozoides y con una morfología anormal a comparación de los demás. La infertilidad se trata de la incapacidad de lograr un embarazo después de un año de relaciones sexuales regulares sin protección y es un problema que afecta a millones de personas en el mundo. En este sentido, se calcula que el 17,5 por ciento de los adultos (aproximadamente uno de cada seis) la experimentan en algún momento de su vida. Esta es la primera investigación sobre el tema en América y la segunda en el mundo.

“Determinamos que la ocurrencia de olas de calor durante el período de desarrollo de los espermatozoides, es decir durante los tres meses previos a la obtención de la muestra de semen, se correspondía con una menor cantidad de estos en el eyaculado y con formas distintas”, explica Gustavo Verón, autor del estudio, a la Agencia de Noticias Científicas de la UNQ.

El análisis abarcó datos de temperatura hora a hora del Servicio Meteorológico Nacional durante el período 2005-2023 y los análisis de rutina del semen de 54.926 hombres de entre 18 y 60 años hechos en un laboratorio de diagnóstico de infertilidad durante el mismo lapso de tiempo. En promedio, según cuenta Verón, los hombres expuestos a olas de calor tuvieron alrededor de 58 millones de espermatozoides mótiles (es decir, que se mueven de manera normal), mientras que los no expuestos tuvieron unos 65 millones. Así, la cantidad de espermatozoides normales disminuyó un 10 por ciento en aquellos que se enfrentaron a la ola de calor.


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Los resultados también establecieron que cuánto más duradera es la ola de calor, peor es la calidad seminal. “El testículo se encuentra 2 o 3 grados por debajo de la temperatura corporal ya que el calor excesivo afecta negativamente el proceso de producción de los espermatozoides. Hay estudios que indican que el sedentarismo y profesiones con exposición a altas temperaturas, como trabajadores metalúrgicos y panaderos, se asocian a una menor calidad del semen”, detalla Verón, genetista de la Universidad Nacional de Moreno y médico de la UBA.

UNA ENFERMEDAD QUE NADIE VE

Si bien se trata de una enfermedad que afecta al aparato reproductor masculino o femenino, en las últimas décadas la infertilidad en los hombres aumentó debido a factores genéticos y socioambientales, como estilos de vida, factores climáticos o contaminación del aire. 

“El cambio climático es un grave problema que perjudica a todos los seres vivos del mundo a través de distintos fenómenos, como las olas de calor. En los humanos afecta la salud y contribuye a enfermedades cardiovasculares, cerebrovasculares, respiratorias y renales que incluso pueden causar la muerte”, explica Mónica Vazquez-Levin, directora del equipo de investigación, a la Agencia. Y asegura: “A pesar de su importancia, los informes publicados sobre la asociación entre estos eventos y la fertilidad humana son muy escasos”.

Para saber si una persona es infértil, se debe consultar con un médico especialista para realizar un examen de semen donde se evalúan diversos indicadores, como el volumen, el color y la viscosidad. También, se analiza la cantidad de espermatozoides, su motilidad y forma.

“Como miembros del Conicet, tenemos la firme convicción de realizar todos los estudios en nuestro país para aportar a la comprensión de la patología de la infertilidad masculina y al desarrollo y mejora de las herramientas de diagnóstico y tratamiento de esta enfermedad para nuestra sociedad”, agrega Vazquez-Levin, que también es miembro del Departamento de Salud Sexual y Reproductiva e Investigación de la OMS. [Fuente: agencia.unq.edu.ar]