En una investigación llevada adelante por Barrios de Pie para analizar la situación alimentaria en hogares pertenecientes a barrios populares registrados en el Registro Nacional de Barrios Populares (ReNaBaP), se constató que, según la escala FIES de la Organización Mundial de la Salud, de los hogares encuestados el 87% tuvo inseguridad alimentaria. A su vez, el 60% de estos hogares tuvo inseguridad alimentaria severa, ya sea porque en el mes previo al menos una persona del hogar haya tenido que dejar de comer todo un día por falta de dinero u otros recursos, y/o porque en ese mismo periodo al menos una persona del hogar haya sentido hambre pero no haya comido porque no había suficiente dinero u otros recursos para obtener alimentos.
El informe incluyó 16 jurisdicciones del país (15 provincias y la Ciudad de Buenos Aires). Las provincias que fueron relevadas (por orden alfabético) son: Buenos Aires, Chaco, Chubut, Córdoba, Corrientes, Entre Ríos, La Rioja, Mendoza, Salta, San Luis, Santa Cruz, Santa Fe, Santiago del Estero, Tierra del Fuego y Tucumán. Se encuestaron a representantes de 3.294 hogares de barrios populares, en donde viven 12.658 personas (38% de ellas menores de edad).
Por otro lado, el informe arrojó que el 81% de esa población tuvo un menor consumo de proteínas que el año pasado, de los cuales 82% no compensaron aumentando el consumo de ningún otro tipo de alimento. De los hogares que pudieron compensar aumentando el consumo de otro alimento, el 76% aumentó el consumo de hidratos de carbono. En la muestra general de hogares solo el 4% refirió haber aumentado el consumo de proteínas con respecto al año pasado.
Según las respuestas de la encuesta para el total de los hogares, 71% tuvo menor consumo de alimentos en general. De ellos, el 93% tuvo un menor consumo de proteínas, el 89% tuvo un menor consumo de frutas, el 81% tuvo un menor consumo de alimentos altos en hidratos de carbono, el 86% tuvo un menor consumo de verduras no altas en hidratos de carbono y el 87% tuvo un menor consumo de lácteos.
En cuanto a la relación con el endeudamiento del hogar, el 74% tuvo que pedir dinero prestado o endeudarse para llegar a fin de mes en el mes previo a la encuesta. De esos hogares, el porcentaje de inseguridad alimentaria ascendió a 97%, siendo significativamente más elevado que entre los hogares que no requirieron endeudarse.
En lo referido a los menores a cargo en cada hogar, se observó un significativo incremento del porcentaje de hogares con inseguridad alimentaria y consumo de cortes de carne únicamente altos en grasa a medida que se incrementa la proporción de menores por cada mayor de edad que habita en el hogar.
Esta radiografía configura un escenario dramático de estabilización de la inseguridad alimentaria, que no evidencia mejoras desde la medición de marzo de este año, sino que se consolida una emergencia alimentaria severa mayor al 60% de la población encuestada y de una inseguridad alimentaria total (leve, moderada o severa) que es del 87% de la población encuestada en barrios populares. Dando cuenta de la grave situación, en particular en las familias con menores a cargo, con un grave escenario de caída en el consumo de alimentos priorizados: carnes, lácteos, frutas, verduras y legumbres.