Se trata del juicio que se les sigue a la farmacéutica Silvia Juambelz y a las enfermeras Darcy Hernández Quispe y Delia González. Las víctimas son tres bebés que estaban alojados en el Servicio de Neonatología del Hospital San Martín de La Plata, de los cuales uno, Valentín Gianini falleció. Las otras dos niñas sufrieron lesiones pero se recuperaron. Todo fue causado por un error al administrarle una droga en lugar de otra.
La fiscal Claudia Cendoya pidió 1 año y 6 meses de prisión y 7 años de inhabilitación para la farmacéutica Juambelz, por el homicidio culposo de Valentín y las lesiones de las dos bebas. Según la letrada, actuó de manera negligente al validar y preparar el pedido de medicamentos sin el debido control, por lo cual incluyó la droga que resultó letal.
En tanto, solicitó 1 año de prisión y 5 de inhabilitación para la enfermera Hernández Quispe, ya que fue quien retiró de manera negligente los medicamentos de la farmacia sin el debido control. Por último, en relación a la enfermera Gonzalez, retiró la acusación por homicidio pero pidió 8 meses de prisión y 5 años de inhabilitación por el delito de lesiones culposas agravadas a las niñas que sobrevivieron, ya que ella habría administrado la medicación sin controlar los rótulos.
Al momento de terminar su alegato, la fiscal destacó que “entiendo que no estuvo en su voluntad causar un daño. Valoro todo como madre, y comprendo a la Sra. Gianini, pero también como trabajadora del sistema público”. Sus pedidos de condena están casi al límite inferior de lo que propone el código penal.
Por su parte, el Dr Julio Beley, representante de la familia de Valentín Gianini, solicitó la pena de 4 años de prisión y el doble de la condena de inhabilitación para la Juambeltz y Hernandez Quispe, retirando la acusación contra González. En tanto, el Dr. Gastón Franzero, patrocinante de las familias de las dos sobrevivientes, requirió 3 años de prisión y 4 de inhabilitación por las lesiones culposas agravadas para las tres imputadas.
Los abogados defensores Manuel Bouchoux (oficial) y Juan Di Nardo solicitaron la ABSOLUCION de las acusadas. Criticaron la instrucción de la causa al destacar que de las muchas hipótesis que podrían explicar los hechos se tomó solo una y se siguió adelante; subrayaron que no hay prueba suficiente para explicar cómo ingresó la droga al servicio; quién efectivamente la administró a los bebés; y destacaron el compromiso de trabajo, la experiencia y la trayectoria de las profesionales.
El juicio se tramitó en el tribunal correccional N° 1, a cargo de la jueza Miriam Patricia Ermili, quien dicatará veredicto el miércoles 18 de abril a las 13 hs.
[LOS HECHOS]
Todo ocurrió entre fines de febrero y principios de marzo de 2010. El viernes 26 de febrero se realizó un pedido de medicamentos a la farmacia del hospital, entre ellos, lactato de calcio, un suplemento que se agrega a la leche que consumen los neonatos para enriquecerla y mejorar su aumento de peso. En la noche del sábado varios bebés casi a la vez comenzaron a descompensarse. Algo inusual y llamativo. La primera hipótesis de los médicos fue que se trataba de una sepsis neonatal, es decir una infección de la sangre que ocurre en bebés de menos de 90 días.
Rápidamente tomaron medidas preventivas y de emergencia. Al realizar una inspección profunda descubrieron lo menos esperado, imposible, lo que no podía suceder. En el recipiente donde estaba el lactato de calcio encontraron blisters, con la misma presentación en cuanto a color de envoltorio y de la cápsula, pero de CODEINA. Estaban mezclados y había aproximadamente 30 de cada uno. Esa droga no debía estar allí.
La codeína es una sustancia extraída del opio que se emplea en medicina como analgésico y narcótico y para calmar la tos y la diarrea, entre otras patologías. Usualmente se utiliza en terapias del dolor, en pacientes con cáncer, y su expendio se hace con receta por triplicado. Pero además está contraindicada para niños menores de 3 años. No figura en ningún vademecum neonatal, ni en Argentina ni en ningún lugar del mundo.
Rápidamente se tomaron muestras de orina, y simultáneamente se les aplicó a los pacientes un antídoto de esa droga para revertir el cuadro: Naxolona. De los tres infectados, dos mejoran pero uno, Valentín Gianini de 17 días de vida, no lo logró y murió.
En el pedido de medicamentos a farmacia del hospital se solicitaron 100 dosis de lactato de calcio. Una enfermera (Hernández Quispe) hizo el pedido y lo retiró. Una farmacéutica (Juambelz) lo preparó y se lo entregó. Al llegar a Neo se puso en el recipiente correspondiente al lactato de calcio. Luego, las enfermeras alimentaron, por turnos a los pacientes.
Todas las partes acusadoras resaltaron la ausencia de intención de parte de las imputadas de generar un mal. No obstante, la falta de controles adecuados y la negligencia en la tarea desempañada tuvieron el peor resultado. [El Teclado]