La fiscal Betina Lacky indagó hoy nuevamente al médico urólogo Pablo Francisco Colaci por abuso sexual gravemente ultrajante contra 17 pacientes que atendió entre 2015 y 2018.
La declaración comenzó pasado el mediodía y se extendió por más de 7 horas, en las cuales expuso, casi al estilo de una clase magistral, su saber, experiencia y trayectoria e intentó explicar los procedimientos utilizados con los pacientes. Los describió como una “técnica superior” y de “avanzada” en el abordaje de las patologías, procurándose así un diagnóstico integral y abarcativo, que va más allá del motivo puntual de consulta.
Las denuncias eran investigadas desde hacía tres años pero finalmente el pasado 19 de marzo de 2018 fue detenido en la Cínica de la Rivera de Ensenada, uno de los lugares donde habría cometido los abusos. Ese mismo día se hicieron allanamientos en los consultorios y en su domicilio particular, donde se secuestró una computadora, una cámara de fotos, el teléfono celular y las historias clínicas de los pacientes.
La primera denuncia fue radicada en marzo de 2015 por un hombre de 51 años quien concurrió a realizarse un control de próstata. Aprovechándose de su profesión, Colaci habría abusado del paciente al realizarle tocamientos inadecuados para el procedimiento de la patología. El hombre se sintió humillado y se lo comunicó, a pesar de lo cual el galeno continuó.
El segundo hecho se produjo en noviembre de 2016, esta vez en los consultorios externos “Prestigio médico”, de calle 39 entre 18 y 19. En esa ocasión la víctima fue un menor de 15 años de edad, quien se lo contó a su madre y rápidamente radicaron la acusación.
Ambas denuncias, separadas en el tiempo, recayeron en la fiscalía 2 de Lacky, quien estableció la relación entre ambos casos y los unificó. Luego de la detención y de que el caso se conociera a través de los medios, fueron apareciendo nuevos pacientes que manifestaron lo vivido con el médico y fueron incorporados al expediente.
“Es trascendentalmente vejatoria, por excederse en su protocolo de actuación médico y por la mecánica de realización, configurando de este modo un sometimiento gravemente ultrajante”, dijo la investigadora en el pedido de detención. Ahora descubre que esta mecánica se repitió, de manera casi idéntica, en el relato de todas las víctimas, lo que refuerza la imputación.
Colaci argumentó, en su primera declaración indagatoria, que él es un especialista en “semiología” y que lo hecho corresponde a un protocolo médico para arribar a un diagnóstico de manera más certera. Sin embargo, al analizar las historias clínicas queda en evidencia que los pacientes concurrieron a la consulta por patologías y dolencias diferentes. Además, a la mayoría les decía que necesitaba una muestra de semen y que por ello procedía a tomarles una muestra. Especialistas en la materia aseguran que ese tipo de material biológico (orina, materia fecal, semen) siempre es aportado por los pacientes y nunca es tomado por ningún profesional.
En su oportunidad, además de enviar una carta de puño y letra a los medios de comunicación, como estrategia defensista se propuso a sí mismo como Perito Médico, al considerarse una eminencia en el tema. [El Teclado]