El pasado lunes, la gobernadora María Eugenia Vidal decidió meter mano en el Astillero Río Santiago y desplazar al presidente Cristian Curto, hombre de confianza de Javier Tizado (ministro de Producción) y designar a Daniel Capdevilla, ex integrante del ministerio de Modernización de la Nación.

Hasta allí, todo transcurrió con normalidad y bajo las atribuciones que posee la gobernadora. Pero con la llegada de Capdevilla a la conducción de ARS, prosiguió la dimisión por decisión oficial de nueve de los once gerentes que posee la empresa estatal.

Vale remarcar que, los cargos gerenciales no son puestos designados por la Provincia, sino que son cargos de carrera. Por lo cual, en caso de dejar el rol de gerente debe regresar a cumplir sus funciones en el sector en que se desempeñaba cuando logró el ascenso. Sin embargo, los trabajadores denunciaron que nada de esto ocurrió y que los puestos fueron ocupados por gente cercana a Capdevilla y sin la carrera necesaria.

Por ello, en la noche del lunes se realizó una asamblea de trabajadores para definir la postura ante los cambios diagramados por Gobernación y exigir la reubicación de los despedidos. No fue la única, en la tarde del martes también se llevó a cabo una asamblea y se decidió movilizarse el próximo jueves.

En definitiva, las 3600 familias que forman parte del Astillero Río Santiago se movilizarán a las cercanías de gobernación para hacer sentir su reclamo y evitar que el ajuste no llegue a la empresa. Claro, la amenaza está latente y los trabajadores lo saben, por eso buscan visibilizar la lucha y evitar otra maniobra del Gobierno que genere despidos.

Desde la nueva conducción del ARS aseguraron que no habrá despidos en el corto plazo, pero el anuncio de Capdevilla no logró frenar la decisión tomada por el grueso de trabajadores. [El Teclado]