En la tercera jornada del juicio oral por el homicidio de Carolina González Abad, conocida como La Moma, declararon amigos y compañeras de la mujer trans asesinada en su casa de calle 4 entre 68 y 69 en octubre de 2011.
Facundo Aisa, amigo de la víctima, relató los momentos en que estuvieron juntos horas antes de que fuera asesinada. El sábado 15 de octubre al mediodía Carolina fue a su casa en donde compartieron un asado y pasaron toda la tarde. A eso de las 22 hs, salieron juntos, ella se fue a su casa para cambiarse y salir a trabajar y él fue para otro lado. A la medianoche pasó a ver a la Moma, estuvo por media hora y luego se retiró. Ese fue la última vez que la vio con vida: ella ya estaba con su vestido solera negra con detalles en blanco puesto, maquillándose y haciendo su ritual previo a salir a trabajar.
Al día siguiente la llamó por teléfono a la tardecita y no le respondió. Lo mismo sucedió el lunes, tras varios intentos nunca consiguió que respondiera. Alertado porque le hubiera pasado algo, el martes 18 de octubre llamó al hermano para advertirle. Fue entonces que los familiares fueron hasta el domicilio y se encontraron con el peor final. Carolina, tendida sobre la cama, asesinada.
Por su parte Luciana López contó que ese domingo pasó a verla alrededor de las 20 o 21 hs. y nadie respondió. Solo escuchaba el ladrido de sus perros, lo que le llamó la atención. La buscó por la zona donde La Moma trabajaba, sin suerte. Regresó una vez más a la casa con el mismo resultado. De estos testimonios se desprende que efectivamente Carolina salió esa noche a trabajar (algunas compañeras aseguran haberla visto por la esquina que ella frecuentaba) y que el homicidio se produjo durante esa madrugada o parte del día domingo. Posiblemente a manos de uno o unos clientes a quienes llevó a su casa. Los accesos no estaban violentados.
El extenso testimonio de Aisa además permitió a las partes y al tribunal contextualizar la vida de Carolina y de las mujeres trans que ejercen la postitución. “No es sorpresivo lo que le pasó a La Moma. Ni a ella ni a otras. Es algo sistemático lo de las compañeras trans muertas por ser travestis. Es algo que se reitera”, aportó el testigo. Lo que si le llamó la atención es que fuese una sola persona la que consumó el ataque. Carolina era una persona alta, fuerte, muy vital y con dominio de su cuerpo.
Además expresó la situación de vulnerabilidad en que viven las mujeres trans. La relación tensa y de temor ante la policía, el peligro al que se encuentran expuestas, tanto en la calle como en sus casas y las relaciones complejas con sus familias. “La situación de vulnerabilidad de las travestis comienza con la expulsión de la familia”, dijo Aisa, que era una migo muy cercano de Carolina.
En relación a clientes habituales o personas con quien la víctima pudiera estar en conflicto contó que no tenía enemigos, por el contrario era una persona muy amigable, muy cuidadosa de sus cosas y que tomaba recaudos. En general los clientes eran azarozos, encuentros generados en la calle, y solo algunos pocos eran habituales. Mencionó un par de sujetos que serán motivo de pesquisa.
Aisa abona la hipótesis de que fue uno o dos clientes quienes la mataron. “No sería la primera vez que un cliente después de tomar el servicio sienta que estuvo con un monstruo y ataque. Es un peligro constante”, dijo, y luego agregó “Creemos que lo que pasó es que hubo un encuentro sexual que disparó la agresión. La entrada no fue para robar. Quizá se uso para cubrir el asesinato. En su casa no había cosas de valor. Todo lo que se robaron era viejo”.
Por último, reconoció que la ropa con la que La Moma fue encontrada era la que usaba para trabajar y a la bufanda como propiedad de la víctima.
En rigor, este debate parece más una investigación preliminar que un juicio. Las pruebas contra el único acusado, Pedro Osmar Reyes, son débiles. El otro sindicado como autor del crimen, Diego Daniel Mascioni, falleció hace unos meses en un accidente de tránsito. Tanto la fiscal Florencia Budiño como los integrantes del Tribunal Criminal n° 5, Ezequiel Medrano, Isabel Martiarena y Juan José Ruiz, están intentando establecer cómo fueron los hechos y encontrar al responsable.
[La instrucción]
En los primeros dos años de investigación todo era un misterio. El fiscal Marcelo Romero, quien instruyó la causa, sólo había podido demorar a una persona pero que tuvo que liberarlo por falta de pruebas. La investigación había vuelto a punto muerto.
Hasta que apareció un testigo de identidad reservada que señaló a dos hombres como los autores, ambos con antecedentes. Se trataba de Pedro Osmar Reyes y Diego Daniel Mascioni.
Los presuntos asesinos fueron detenidos el 27 de octubre de 2013 cuando salían de sus viviendas en el barrio Aeropuerto. Uno de ellos iba a votar, el otro, a comprar bebida para el almuerzo. De todos modos, recuperaron fueron excarcelados y recuperaron su libertad. [El Teclado]