El médico urólogo Pablo Colaci, que continúa detenido con prisión preventiva acusado de 17 casos de abuso sexual gravemente ultrajante en perjuicio de sus pacientes, cambió nuevamente su patrocinio legal y sus nuevos abogados ya pidieron varias medidas. La primera denuncia data de 2015 y la última de marzo de este año.

Los letrados Juan Gabriel Mendy y José Luis María Villada, que ahora representan al médico, solicitaron al juez de garantías Pablo Raele una morigeración de la prisión preventiva que cumple en la alcaidía Pettinato, para que se transforme en detención domiciliaria. El magistrado solicitó informes socio ambientales y psicológicos del imputado para decidir si hace lugar a la petición.

Por otra parte, la defensa de Colaci presentó a cuatro testigos que serán escuchados por la fiscal que instruye la causa, Bettina Lacky, en los próximos días. Se trata de cuatro médicos especialistas en urología que son propuestos para que avalen las explicaciones que el médico dio en una carta de puño y letra confeccionada en la cárcel que hizo pública a fin de intentar justificar las maniobras efectuadas sobe sus pacientes.

“Mi formación médica clínico-quirúrgica me permite llegar a diagnósticos presuntivos de mayor certeza por medio del uso de la semiología, que se fundamenta en el hallazgo de datos clínicos mediante la detección de signos y síntomas, como la inspección y la palpación”, explicó Colaci en la misiva. Además agregó que “la totalidad de los procedimientos que realizo a mis pacientes son explicados con antelación, avanzando únicamente y sin excepción con su consentimiento y solicitando permiso al palpar los órganos genitales”.

Los médicos propuestos son Claudio Baldarena, Fernando Mías, Flavio Santinelli Gustavo López, especialistas en urología que han pasado por el Hospital “Evita Pueblo” de Berazategui. La estrategia defensita podría consistir en refutar los informes que hicieron los peritos del Hospital San Martín consultados por la fiscalía, ya que según el imputado se basaron en “declaraciones burdas, mentirosas y malintencionadas” de las presuntas víctimas del abuso.

Por otra parte, el material tecnológico que fuera secuestrado en los allanamientos que se llevaron adelante el día de la detención, el 19 de marzo, aún no fueron peritados. Se trata de una computadora y una cámara fotográfica además de un teléfono celular que tiene clave de acceso y que Colaci no quiso aportar para su estudio. La tarea deberá hacerla la Dirección de Cibercrimen de la Policía bonaerense, que debido a la cantidad de trabajo y el escaso personal, está otorgando turnos para marzo de 2019. [El Teclado]