¿Qué significa que Argentina haya pasado a ser un país emergente?
Ayer, y tras nueve años de intrascendencia en el desarrollo de la economía local, la sociedad estadounidense Morgan Stanley Capital International (MSCI) sacó a la Argentina de la categoría de mercado "de frontera" para ascenderla a "emergente”, colocándola al mismo nivel de economías como la china, la rusa o la brasileña.
La noticia, que fue tomada con algarabía por las autoridades económicas que comanda Nicolás Dujovne, podría hacer que en los próximos meses lleguen al país capitales financieros por más de 10.000 millones de dólares, que sumados a los 15.000 millones que aportará el Fondo Monetario Internacional (FMI), podrían sacar al país de la parálisis y recesión en la que se encuentra sumergido.
Para el MSCI, Argentina atraviesa un proceso de transformación de su economía, con lo cual está pasando de ser un país en desarrollo a un país industrializado. Esto es por una creciente apertura al exterior, incrementando las políticas de libre mercado [por ejemplo la eliminación del cepo cambiario y la quita en las restricciones para comprar moneda extranjera] y de libertad de empresa que apuestan por la iniciativa empresarial [como ser la eliminación de la restricciones en la soja o las mineras].
Estas medidas, implementadas por el actual gobierno, produce un caldo de cultivo para las inversiones extranjeras. De allí que ahora pueda ser considerado un país emergente y en vías de desarrollo.
[PROS Y CONTRAS]
La decisión de la sociedad estadounidense, como toda medida económica, repercute de lleno en el andamiaje del ciudadano de a pie, que ve cómo esto afecta sus delicados presupuestos familiares a la hora de hacer frente a la realidad, lo que los lleva a preguntarse en qué beneficia o perjudica en sus vidas el cambio en la clasificación de economía de frontera a país emergente.
¡Buenas noticias! La Argentina vuelve a ser mercado emergente y se abre a la llegada de capitales externos #ArgentinaEmergente https://t.co/Q8MzNGI4oL pic.twitter.com/I6FDnuDlyD
— Mauricio Macri (@mauriciomacri) 21 de junio de 2018
Entre los puntos a favor que resaltan a simple vista, está la de que la Argentina va a ser un centro al corto plazo de mayores inversiones por parte de las empresas internacionales, que verán en el país una opción segura para sus capitales, producto más que nada de la desregulación de la cuenta de capitales, lo que tiene como objetivo el libre flujo y salida de capitales del exterior sin ningún tipo de restricciones por parte del gobierno.
Para los que apuestan a este crecimiento, ven que detrás de esta medida el dato central estará en un crecimiento de la actividad económica que influirá en un incremento en el nivel de empleo, saldando de esa manera con uno de los déficits más grande de la gestión macrista, que ha sido la de generar en estos primeros 30 meses trabajo genuino y de calidad.
Además, para los intereses particulares de la administración nacional, esto permitirá bajar la tasa de endeudamiento, pudiendo acceder a los préstamos del mercado internacional a una menor tasa de interés. Esto tendrá como consecuencia directa que las empresas, en especial las Pymes, se puedan financiar a un menor costo, acabando con una de las principales preocupaciones que tienen las mismas a la hora de invertir, como lo es el crédito caro y a corto plazo.
Festejar ser Emergente es como festejar no estar en el Veraz, ¿se entiende?
— Gabriela Cerruti (@gabicerru) 20 de junio de 2018
Pero no todo es color de rosa para la economía nacional, sino que esta medida puede traer aparejado también un endurecimiento del ajuste fiscal que viene implementando el Ejecutivo, lo que repararía en una mayor reducción del personal en las oficinas públicas, en llevar adelante una reforma laboral que favorece al empresario a la hora de los llamados “costos laborales”, y que en última instancia termina siempre pagando el trabajador.
A esto se le agrega la depreciación del peso por sobre el dólar, ya que para exportar lo producido los empresarios pedirán un dólar “competitivo”, lo que puede llevar al corto plazo la divisa verde por encima de los 30 pesos, lo que ocasionaría graves problemas para el ciudadano común a la hora de salarios pesificados con precios dolarizados, lo que incrementará los pesares a la hora de hacerse de alimentos, por ejemplo.
Otro de los puntos que abren dudas sobre el ascenso en la calificación internacional para la Argentina, es que esto deja abierta la puerta en forma definitiva para los llamados capitales golondrinas, que son inversiones especulativas que no dejan trabajo directo en el país, y que solo apelan a la ganancia fácil y rápida, fugando lo ganado a sus países de origen, incrementando de esa manera el déficit argentino.
[VOCES AUTORIZADAS]
La realidad económica nacional dista mucho de estar entre las mejores. Los famosos brotes verdes anunciados con bombos y platillos por el gobierno de Cambiemos, donde miles de millones de dólares iban a venir a la Argentina a invertir en acciones productivas, todavía brillan por su ausencia, abriéndose ahora la esperanza oficial de con la nueva nota del MSCI comiencen a resurgir la industria y la producción, estancadas en los últimos meses.
En diálogo con El Teclado, el economista y Doctor en Ciencias Sociales, Julio Gambina, aseguró que la llegada de la Argentina a los mercados emergentes “esto lleva a que varios inversores del mundo digan que acá hay una señal de confianza del sistema financiero hegemónico a nivel mundial, y por lo tanto es una señal de que es bueno para ellos invertir en la Argentina, o sea que la Argentina les puede garantizar una buena rentabilidad”.
En ese sentido, Gambina dijo que “el sistema financiero a través del FMI y los sectores hegemónicos del sistema financiero estadounidense y mundial, tienen acuerdo en sostener políticamente la gestión de Mauricio Macri en la Argentina, y por eso más allá de la volatilidad del dólar, de los problemas económicos financieros que se presentan en la coyuntura, del alza de los precios, de las dificultades que se presentan en el conjunto de la sociedad de menores ingresos, se está viendo esta noticia como un fuerte espaldarazo”.
“Con esto está muy satisfecho el mercado financiero mundial, muy satisfecho el gobierno argentino, pero en cambio hay mucho para preocuparse por lo que esto representa para el ciudadano de apie que depende de un salario fijo en pesos. Así es muy difícil deducir un proceso de recuperación de la economía, y más difícil todavía advertir una recuperación de la población de menores ingresos y de ingresos fijos con esta clase de acciones”, recalcó Gambina.
Por su parte, Sergio Chouza, economista e investigador de la Universidad Nacional de Avellaneda (Undav), expresó a nuestro medio que “esto puede traer un alivio financiero en el mediano plazo en términos de conseguir financiamiento para la condición de déficit de cuenta corriente de nuestra economía, ya que esto puede traer financiamiento un poco más sencillo y barato”.
Para el profesional, “a mediano plazo esto se va a terminar implementando en mayo de 2019, lo que puede facilitar el financiamiento en épocas electorales para el gobierno, bajar un poco las condiciones de tasas de interés, pero aunque facilite condiciones para los mercados financieros, no constituye ningún tipo de alivio sobre el déficit estructural de nuestra economía que es donde realmente hay que apuntar a la hora de pensar superar las complejidades de nuestra economía en forma concluyente y de cara al desarrollo económico nacional”. [El Teclado]