La cineasta Lucrecia Martel apuntó contra “la forma violenta” de los opositores a la ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo y aseguró que en Salta, su provincia, “se manifiesta un silenciamiento de un siglo y medio de gente que piensa distinto a este pequeño grupo de poder católico que cree que representa a Salta con su imagen y nada que ver”. “Si le vamos a imponer a la cultura que sea didáctica, sería un gran problema”, opinó en diálogo con el programa #Tranqui120 que se emite en Radio Estación Sur FM91.7.
Martel enumeró varios hechos de violencia contra personas que se oponen a la ley de despenalización del Aborto y los vinculó a la defensa de “dogmas”: “Una amiga mía, Mariana Carrizo, estuvo escondida dos días encerrada en la casa porque le tiraban piedras; en Mendoza a una chica le pegaron con un palo; en Salta siempre que pasan las chicas las insultan o les dicen algo. Yo estoy coleccionando la lista de insultos que me ponen cada vez que digo algo públicamente. Es muy violenta la forma en que reacciona la gente que no puede debatir porque se está manejando con dogmas, y ya sabemos que los dogmas se asumen, se creen y no se puede debatir. Y esto es una Democracia y el ejercicio de la Democracia nos obliga a enfrentar nuestras ideas, compartir y tomar decisiones. No somos un rebaño de monaguillos, somos una ciudadanía y una comunidad”, afirmó.
En tanto, la directora de Zama destacó que “lo que ha pasado en Salta (con el debate por la ley), ha pasado espontáneamente y creo que manifiesta décadas, y me animaría a decir un silenciamiento de un siglo y medio, de gente que piensa distinto a este pequeño grupo de poder católico que cree que representa a Salta con su imagen y nada que ver”. “Lo que estamos discutiendo en Salta por supuesto que es la aprobación de la ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo, pero lo que hay detrás de eso son cuáles son los valores con los que el poder cree que se puede construir una comunidad como la de Salta, por dar un ejemplo”, añadió.
Respecto a su militancia pública por la ley IVE, Martel aclaró: “nunca leí un libro sobre feminismo. Considero a las feministas como el movimiento más transformador de este siglo. Nunca me identifiqué especialmente con eso porque en mi formación de lucha contra la idea de poder, de homegeneización, que son cosas afines al feminismo, nunca había hecho un camino desde esa perspectiva”.
“Hay que reconocer que ese pensamiento filosófico y político tiene una novedad que es la inmediata unión del pensamiento y la acción. Yo en esto estoy siguiendo a las feministas de mi provincia. Son ellas las que ordenan la cosa con un montón de ideas que tienen. Yo las sigo y las apoyo. Lo digo porque nunca estuve yo liderando un movimiento como el que están liderando ellas. Yo lo que hago es acompañar a estas jóvenes que salen a la calle y es increíble la valentía que tienen”, completó.
Asimismo, Martel marcó contradicciones de los grupos pro-vida y sostuvo que “en Salta hubo una oposición férrea a la Educación Sexual de los grupos que hoy están embanderados con el pañuelo celeste, y ahora que se oponen al aborto sí creen que tiene que haber Educación Sexual… Yo no les creo una palabra. Han gobernado durante décadas la provincia y este es el resultado: la cantidad de mujeres muertas, la cantidad de abusos sobre las mujeres, de femicidios, de crímenes de odio. Me parece que la gente se cansó”.
En referencia a la postura del Gobernador salteño, la prestigiosa directora dijo que “Urtubey está viendo como hacer malabares para ver cómo manejar su candidatura, porque creo que esa debe ser su jugada. Y ahora no sabe bien de qué lado ponerse, porque desgraciadamente tenemos una clase política que está permanentemente en campaña, nunca gobierna”.
Por otra parte, consultada acerca del tratamiento de temáticas de género en ficciones de la TV, como sucedió esta semana en 100 días para enamorarse, Martel expresó una mirada crítica desde su visión como directora de cine: “Yo pienso que la narrativa tiene muchísimos objetivos posibles, depende de cada persona. Desde el entretenimiento más llano, que solamente propone el consumo de cosas mientras ves la película, hasta la cosa con una intención clarísima de modificar algo sobre la realidad. En ese abanico de cosas, me parece que sin duda hay una posibilidad de hacer un cine un poco más didáctico, que no es lo que a mí me interesa”, expuso.
Y agregó: “Me parece a mí que el cine, como cualquier cosa de la cultura tiene que estar en consonancia y generando transformaciones y visibilizando la complejidad de una sociedad. Pero si le vamos a imponer a la cultura que sea didáctica, sería un gran problema. Yo jamás iría por ese camino”. Igualmente, reconoció que pedirle “a los artistas que se conecten con lo que pasa, me parece un pedido muy válido”.
“Si vos me decís ‘por qué no hacés películas con temática transgénero’… Hasta ahora nunca se me ocurrió y no veo que se me vaya ocurrir en lo inmediato. Ir por ese camino es, a veces, muy peligroso porque terminás como en esas películas de Canal 9 que eran para comprender problemas y terminan llenas de juicios y verdades. Lo que hay que hacer es animar a que la gente exprese su visión. Si un cineasta simplemente se relaciona con lo que lo rodea y con una cierta conciencia de sus propios prejuicios y de las cosas que no funcionan en la sociedad, sea cuál sea el tema, eso va a funcionar bien: va a ser un elemento de reflexión para la sociedad y para entender la complejidad. No hace falta que la protagonista sea fulana o mengana. O decime qué cambio habrá hecho ‘Pretty Woman’ en la percepción de la prostitución. No es suficiente que el tema sea lo trans, la mujer. No es suficiente”, cerró.
En este sentido, Martel pidió “que la Universidad salga a la calle”: “Necesitamos que la filosofía esté en la calle, porque lo que tenemos que analizar está muy profundo y ellos quizás tengan mejores herramientas que nosotros”. [El Teclado]